El Lunes Santo ha seguido la estela del Domingo de Ramos en lo que a meteorología se refiere, con la única diferencia de que en esta ocasión al menos una hermandad (La Paz de Fátima) ha hecho estación de penitencia a la Catedral.
Y todo ello a pesar de que los pronósticos se antojaban más favorables para las seis cofradías integradas en la nómina de esta jornada procesional, ya que el riesgo de precipitaciones se reducía considerablemente a lo largo de la tarde. Pero no fue así, o al menos no como se esperaba.
Es cierto que conforme avanzaron las horas la lluvia fue perdiendo intensidad hasta que finalmente cesó, pero también lo es que las cofradías confiaban en que ese frente nuboso terminara de pasar por la ciudad un poco antes.
Ya a mediodía el propio Consejo local de la Unión de Hermandades avanzó que la Hermandad de la Sed retrasaba su salida de las 14.30 a las 16.00 horas, contemplando también una modificación del itinerario de ida hacia la Carrera Oficial con el objetivo de plantar su cruz de guía en el palquillo conforme a lo inicialmente dispuesto.
Ese atraso tenía precisamente el objetivo de esperar a que cesara la lluvia y se despejara el horizonte. Y ese pareció también el propósito que se buscó cuando a continuación se comunicó que los horarios del Lunes Santo se retrasaban media hora.
A las cuatro de la tarde seguía lloviendo en Puertas del Sur, pero aún así la Hermandad de la Sed trasladaba su firme intención de agotar todas las posibilidades antes de suspender su estación de penitencia.
Tanto es así que como quiera que los horarios del Lunes Santo se habían retrasado en media hora también se pidió demorar la salida hasta las cuatro y media de la tarde.
Pero ni siquiera ello bastó, ya que cuando se daba por hecho que la cofradía se haría a la calle volvió a arreciar la lluvia. A La Sed no le quedó ya otra alternativa que dar por suspendida su estación de penitencia.
Las miradas se dirigieron entonces a las parroquias de Fátima y Santa Ana, desde donde tendrían que llegar las decisiones definitivas de La Paz y La Candelaria.
Los cofrades del barrio de La Plata no vacilaron y antes de consumir el plazo del que disponían comunicaron formalmente la suspensión de la estación de penitencia.
Todo apuntaba entonces a que la Hermandad de la Paz de Fátima seguiría el mismo camino, entre otras cosas porque los chubascos no cesaban en la barriada de La Constancia.
Dado que no había decisión definitiva, el Consejo dispuso que la estación de penitencia quedaría suspendida en el supuesto de que la cofradía no saliera a la calle a las seis y media de la tarde, y siempre con el compromiso de presentarse en el palquillo de la plaza Aladro antes de las siete y cuarto.
Entretanto llegaron las decisiones de La Cena, Amor y Sacrificio y La Viga, que optaron por descartar la salida a la calle de sus imágenes titulares sin agotar siquiera los plazos de que disponían.
En el interior de sus templos se llevaron a cabo los actos piadosos propios de este tipo de ocasiones, quedando posteriormente abiertos a la visita de todas aquellas personas que así lo demandaran.
Es bastante probable que en el ánimo de las juntas de gobierno que optaron por suspender las estaciones de penitencia pesara lo ocurrido hace apenas un par de años, cuando las cofradías se vieron sorprendidas en la calle por un tremendo aguacero cuyas estampas permanecen todavía en la retina de todos.
No fue así en el caso de la Hermandad de la Paz de Fátima, que poco antes de las seis y media de la tarde puso rumbo al palquillo de la plaza Aladro dispuesta a ser la primera de la Semana Santa en hacerse presente en la Santa Iglesia Catedral.
La decisión final fue recibida con cierta sorpresa por quienes apenas daban crédito a lo que estaban viendo. El caso es que la cofradía salió del templo con cierta celeridad y dispuesta a cumplir el compromiso de presentarse en la Carrera Oficial a la hora fijada por el Consejo.
También es cierto que a esa hora ya había cesado la lluvia, si bien las nubes seguían constituyendo toda una amenaza.
Muchos palcos quedaron vacíos y otros fueron ocupados por los abonados en cuanto se supo que el Señor de la Paz y la Virgen del Refugio ya estaban en la calle.
Quedó en cualquier caso una tarde bastante desangelada, advirtiéndose un cierto descenso de las temperaturas.
Sea como fuere, la cofradía de La Constancia cumplió el objetivo de hacer estación de penitencia en la Catedral.
Las predicciones para este martes se asemejan a las del lunes en lo que a la tarde se refiere. El riesgo de precipitaciones se concentra entre las tres y las cuatro de la tarde, no descartándose tampoco los chubascos entre las nueve y las doce de la noche.
Eso sí, parece que la mañana estará despejada, un factor que no es baladí si se tiene en cuenta que las primeras cofradías deben iniciar sus recorridos a las tres de la tarde.