“El escritor no es un creador sino el testigo del mundo en el que vive”, dejó escrito tiempo atrás Ana Blandiana (1942). Y desde ese rotundo convencimiento, su poesía-dieciséis libros ya editados- lleva décadas sosteniendo un cántico personal, durable.
Gracias al buen hacer de las traductoras Viorica Patea y Natalia Carbajosa, el lector español tiene la posibilidad de adentrarse ahora en tres libros centrales de la poeta rumana, reunidos bajo el título conjunto de “Un arcángel manchado de hollín” (Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2021).
Agitadora cultural, defensora acérrima de las libertades y luchadora incansable en favor de los más necesitados, el lirismo de Ana Blandiana se nos muestra vestido con los ropajes de la honestidad verbal. Consciente de que la lírica es hermana de los complejos momentos vividos y por vivir, sabe modular su decir hasta convertirlo en “una definición de la inmortalidad”. O lo que es lo mismo, en una tabla de salvación contra el dolor, la injusticia y la opresión. Al cabo, su verbo es esperanza, bálsamo, paisaje esculpido por la verdad de un mensaje que quisiera respondera las dudas y a las preguntas que afronta de forma irremisible el ser humano: “Para saber volver/ voy dejando un rastro/ de migas de letras y palabras./ Salí hace tiempo,/ se me acabaron/ las sílabas que tenía/ como provisiones para el camino./ Afortunadamente descubrí/ que todo/ puede transformarse en palabras/ y seguí avanzando”.
Se reúnen en este volumen sus libros“Estrella predadora” (Stea de pradâ, 1985), escrito durante los intervalos en que su obra no fue prohibida por la dictadura de Ceaucescu; “La arquitectura de las olas” (Arhitecturavalurilor, 1990), el primero publicado en libertad; y el más reciente, “El reloj sin horas” (Orologiulfără ore, 2016). Se incluyen, además, los cuatro poemas editados en la revista“Anfiteatru” en 1984 y que fueron rápidamente censurados. Su publicación le costó la represalia del gobierno, quien le prohibió durante un tiempo cursar estudios universitarios. Entonces, Ana Blandiana tenía diecisiete añosy comprendió que su canto sería compromiso y libertad, azar y conjuro de su propio acontecer.
Su voz, una de las más altas de la literatura europea contemporánea, entiende que la existencia se dirige sin remisión hacia un destino trágico si no somos capaces de hacer de lo pasado enseñanza futura. En el prefacio a esta compilación, Viorica Patea anota que es complejo encuadrar en una corriente determinada la inclinación literaria de Ana Blandiana, si bien, sus versos gravitan “hacia una poesía pura que va más allá de los presupuestos modernistas o postmodernistas y que aboga por una estética diáfana, alejada de barroquismos”.
Y, en verdad, a través de los textos que componen esta atractiva muestra, pueden hallarse instantes plenos de sabiduría, de desobediencia, de solidaridad, de ausencia,de nostalgia …, a través de los cuales, la escritora rumana afianza su residencia en la tierra, ajena a cualquier tentación que pueda distanciarla de lo real. Y desde ese latido candente, apegado a lo que alma y pensamiento realzan desde su misma dicotomía, es capaz de vertebrar una poesía personalísima, cómplice de la semilla que mujeres y hombres han ido consolidando a lo largo de la historia: “Sacaron las horas del reloj (…) En lugar de los 12 números/ había sólo/ 12 agujeros negros del universo (…) Un tiempo llamado Nunca”.