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Jerez

Los hosteleros avisan: una Feria con control de aforo es “inviable”

La Asociación Hostelería de Jerez y los catering son tajantes ante una posibilidad de controlar la afluencia de público en las casetas como plantea Marín

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  • Creen que ya es bastante incertidumbre no saber si la inversión que realicen tendrá retorno

En los últimos días se han sucedido las declaraciones optimistas de los gobernantes, tanto en el Ayuntamiento de Jerez, como en la Junta, a la hora de referirse al regreso de las ferias para este 2022. Unas citas imprescindibles en el calendario de eventos que también se han presentado en Fitur y para las que ya se prepara el sector de la moda flamenca con la vuelta de las pasarelas para tomar nota de las tendencias que vienen tras dos años sin desfilar por el Real por la pandemia. A nivel de preparativos, la maquinaria también ha echado a andar en Jerez que, a diferencia del pasado año, sí tiene fecha (del 7 al 14 de mayo). Mientras acaba de finalizar el plazo para solicitar casetas, que se ha cerrado con 182 solicitudes, apenas cinco menos que en la última edición de 2019, el Ayuntamiento tiene previsto empezar el montaje de las estructuras a principios de febrero.
 

Asimismo, la Administración local también ha sacado a licitación la renovación integral del albero del parque González Hontoria. Son pasos necesarios que hay que ir dando aunque la sexta ola siga todavía muy activa en la ciudad.

Pese a ello, el propio delegado de Fiestas, Rubén Pérez, se mostraba convencido en una entrevista a VIVA JEREZ de que este 2022 habría Feria. Eso sí, reconocía que entre los caseteros y los hosteleros hay incertidumbre por cómo será la normativa sanitaria para entonces. Si bien en estos momentos la única restricción son las mascarillas, preguntado por los eventos, el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, no ve problema en celebrar las ferias en un escenario en el que hubiera que “respetar un aforo”, como en su día se hizo con los restaurantes. Una opción, que al menos en la Feria del Caballo, los hosteleros no ven y con la que se muestran tajantes. Así lo aseguran desde la propia Asociación de Hostelería de Jerez así como desde los catering que llevan años trabajando la Feria. “Nosotros tenemos mentalidad de Feria, de que va a haber, está anunciada, hay fecha y se tienen que dar una serie de circunstancias para que se tenga que anular... yo he empezado a tener contacto con el montador de caseta, con el de suelo, que por cierto ya no tiene... pero hay un tema, la reducción de aforo de la que ya ha hablado Marín. Una feria con total normalidad no puede ser con reducción de aforo”, señala el presidente del colectivo, Alfredo Carrasco,  que ve “inviable” y "no rentable” esta medida en el modelo de la Feria de Jerez.

“Ya de por sí sin pandemia la Feria es una inversión gordísima, se hace una apuesta grande siempre; siempre tiene un riesgo: por la lluvia, por la situación. Y este año -continúa- no está para hacer grandes apuestas;  el riesgo se multiplica, de ahí que mucha gente se plantea si hace o no la Feria”, argumenta Carrasco.
 

En la misma tónica se expresa Serafín Beato, del catering El Bodegón y eventos Boga, al frente de la caseta del Casino Jerezano, El Farol y otras tantas, tras más de una década en la Feria de Jerez. “Si se planteara limitar aforo, que los gastos vayan acordes con el aforo, porque los impuestos, la luz, los pagamos igual. ¿Qué hacemos, pagamos los sueldos acorde a los aforos? Que nos dé soluciones porque es imposible ir a una Feria así”, señala.  

En su caso, entiende que tras el paréntesis por la pandemia, “no queda otra que ser optimista y apostar al 100% y creer que la cosa va a ir bien  -siempre que no haya reducción de aforos-”, pero admite que están “a la expectativa” y que las perspectivas de negocio no son muy halagüeñas. “Ir a la Feria es seguir situándonos y seguir estando ahí. La Feria del Caballo es un evento económico, social y cultural muy fuerte para la ciudad, pero la incertidumbre es muy grande: no sabemos si vamos a cubrir los gastos siquiera. La cosa está difícil, no sabemos si va a ser rentable o no, si va a venir la gente, pero si te pones tienes que ir al 100%”, insiste, confiado también en que haya “flexibilidad” en la explotación de las casetas. Al final, añade, “todo el mundo queremos que se monte la Feria, que se disfrute de una Feria que es acogedora y espaciosa”.

 En la misma línea se muestra Primitivo Cosgaya, de Catering Primitivo, al frente de la caseta de Casino Nacional y La Reunión, que  considera “imposible” hacer rentable una caseta si se reducen aforos. “La inversión es muy potente en mi caso y siempre tenemos el riesgo climatológico. Sumarle a esto un aforo más reducido, es decir, menos facturación, más personal de seguridad para controlar ese aforo, yo no lo veo. Y en una caseta como la que llevo yo de 350 socios, ¿qué hacemos? Le decimos a un socio que sí y a otro que no? Nos ponen a los pies de los caballos. Ya lo dijo muy claro el alcalde de Sevilla el año pasado, o la Feria como se ha hecho siempre o mejor que no haya Feria”, manifiesta.  

Cosgaya cree que necesitan “certezas” y, por el momento, “no las tenemos”. “A mí me cuesta mucho dinero montar una caseta, no solo desde el punto de vista del catering, aportamos dinero, actuaciones musicales. Cuesta un capital, llevo una caseta de edad media alta, probablemente no tenga el retorno de otro año. Por eso soy partidario de que o la Feria se hace en unas condiciones sanitarias en las que todos estemos confiados, como en septiembre, o mejor que no se haga”, señala.  

Le preocupa también, reconoce, que las olas “tardan mucho en bajar”, lo que alimenta más una incertidumbre “que nos está matando”. “Tengo unas ganas terrible de que haya Feria, pero me puedo ver con 25 y 50 trabajadores y facturando el 50% que en 2019”, señala. Su aspiración, como en el resto casos, es “mantenernos” con respecto a 2019. 

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