Las Gaiatas de Castelló plantaron cara a la lluvia en una noche desapacible y complicada de Magdalena. A pesar de algunas bandas que tuvieron que retirarse para evitar que se mojaran sus instrumentos. Ante viento y marea, no fue excusa para los 19 sectores lucieran sus monumentos por las calles de Castelló.
Se cumplieron las previsiones, minutos antes de mostrar los monumentos, la lluvia llegó y lo hizo con intensidad. Después de dos años esperando para mostrar las construcciones de luz, parte importante de la Magdalena, la calle Sant Roc, inicio del desfile de Gaiatas, fue testigo de cómo las alegrías por parte de los 19 sectores se iban desvaneciendo.
Al ver que el suelo castellonense empezaba a dar señales de que una tormenta estaba a punto de caer, los representantes de la fiesta y sus cortes de honor se pusieron en movimiento, con ganas y esperanza, dando paso las “niñas del meneo” que acompañaban a la Gaiata de Viciana al trabajo de sus festeros.
Conforme los minutos pasaban, la lluvia débil se convirtió en un chaparrón. La tristeza por no poder lucir sus Gaiatas y la fuerza e ilusión de las máximas representantes de cada sector, hacían que las lágrimas, pero con paso firme, saltaran de sus ojos.
Los problemas se multiplicaban, una Gaiata que no se encendía, otra que tenía problemas para moverse… no fue impedimento, para que algunos castellonenses admiraran todo aquello que representa la fiesta de Castellón de la Plana.