El objetivo es "retratar la brutalidad" con la que se trata a los animales, cuando "decenas de personas los hostigan, los acosan con insistencia y les incitan para que caigan al mar, incluso en ocasiones les golpean parapetándose en los barrotes de protección", han denunciado los colectivos en un comunicado.
Las imágenes de vídeo han sido encargadas a Linas Korta y las de fotografía a Aitor Garmendia, ganador del tercer premio de medioambiente del World Press Photo 2021.
Los 'bous a la mar' empezaron el pasado 9 de julio y terminarán este domingo 17 de julio. En total, serán 16 sesiones en que habrán soltado un total de 96 reses más los cabestros, primero por las calles y luego en una plaza montada con una parte abierta al mar, para "intentar que toros y vacas persigan a los aficionados hasta caer al agua".
Una vez caen al agua, según explican desde AnimaNaturalis y CAS International, "desde unas lanchas se les remolca hasta el puerto, mediante sogas atadas en la cabeza". "Las agarran por los cuernos mientras las reses forcejean y tratan de mantenerse a flote", han indicado.
Al respecto, la directora de AnimaNaturalis en España, Aïda Gascón, ha señalado que los toros y las vacas, como "la mayoría" de mamíferos, "saben nadar por instinto, pero no es su medio natural ni están acostumbradas a eso, por lo que el estrés, el pavor y la angustia aumentan considerablemente".
En los 'bous a la mar', como en "la mayoría de festejos con toros en los pueblos", a los animales "no se les mata, sino que son devueltos a la ganadería", algo que, desde el punto de vista de AnimaNaturalis y CAS International, es "aún peor".
"Los animales son devueltos a sus ganaderías al finalizar el espectáculo y son utilizados una y otra vez en decenas de pueblos durante la temporada. Son toros y vacas de alquiler, que solo cuando dejan de ser interesantes para el show las mandan al matadero", lamentan las organizaciones.
Por último, han considerado que los 'bous a la mar' de Dénia, Xàbia o Benicarló son "un reducto en España" y han puesto como ejemplo el hecho de que fiestas similares en Les Cases d'Alcanar o l'Ampolla, en Cataluña, "han dejado de celebrarse desde 2016, cuando la Generalitat expedientó a estos municipios tras una denuncia".