Los representantes de los trabajadores de La Ibense ultiman ya los “flecos” del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) extintivo que implicará el cese definitivo de la actividad de la compañía heladera más antigua de España y que tiene su sede en el Parque Científico Tecnológico Agroindustrial (PCTA) de Jerez.
A estas alturas del conflicto, se dan ya por perdidos los 52 puestos de trabajo que cuenta a día de hoy la fábrica, pero al menos se quiere que esos empleados –muchos de los cuales llevan toda su vida vinculados a la empresa- obtengan una “liquidación digna”.
El secretario general de FICA-UGT en Cádiz, Antonio Montoro, estima que serían necesarios 1,3 millones de euros para hacer frente a los salarios que se adeudan al personal (alrededor de 111.000 euros) e indemnizar al personal con 20, 30 y 45 días de salario por año trabajado, en función de su antigüedad.
El grupo Sainberg, que desembarcó en La Ibense a finales de 2015 para reflotar la compañía y ha terminado abocándola al cierre, ofrece una indemnización de 20 días de salario por año trabajado, algo que ya garantiza el Fogasa.
En el proceso de negociación, la parte sindical sostiene que La Ibense pertenece a un grupo (Sainberg), defendiendo por tanto que el resto de empresas está obligado a aportar fondos con los que hacer frente a esta liquidación.
Y es que debe tenerse en cuenta que La Ibense se encuentra en concurso de acreedores y acumula una deuda de 12 millones de euros, una situación producto de la “mala gestión” de estos últimos años en los que trabajadores que llevaban toda la vida fabricando helados de primera calidad han llegado a ver cómo “traían a gente de Polonia a enseñarles a hacer chocolate”.
Montoro entiende además que la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía debe intervenir en el proceso de liquidación de la empresa, sobre todo porque La Ibense ha recibido incentivos y subvenciones en estos últimos años para mantener la actividad.
El dirigente sindical ha recordado por otra parte que la plantilla ha venido sufriendo atrasos en el abono de sus nóminas de manera regular, incidiendo además en que la mayor parte de los trabajadores apenas perciben el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a pesar de que muchos de ellos deben desplazarse a diario desde Sanlúcar de Barrameda.
