En la misa también se pidió “por los jóvenes y por los que les educan y les protegen”.
En las palabras del Papa, observadores vaticanos vieron ayer una referencia indirecta a los escándalos de curas pederastas en EEUU, Irlanda, Alemania, Austria, Holanda, que han colocado en el ojo del huracán al Vaticano y salpicado al propio Pontífice.
El diario New York Times asegura que cuando era el prefecto del ex Santo Oficio, Ratzinger encubrió a un sacerdote estadounidense acusado de abusar sexualmente de unos 200 menores sordos y en la década de los años 80 cuando era arzobispo de Múnich autorizó que un sacerdote pederasta que había sido expulsado por ese motivo de la ciudad alemana de Essen, ejerciera en la capital bávara.
La Santa Sede desmentió categóricamente esos casos y denunció “innoble campaña” para golpearle “cueste lo que cueste”. Según el diario vaticano L’Osservatore Romano, “nadie ha hecho tanto” como Benedicto XVI en la lucha contra esos abusos sexuales y menos ocultó caso alguno.