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El verano de nuestras vidas

Javier y Armando Jr., organizadores y ganadores de la IV Edición Torneo Pádel Residencial Punta Candor

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A escasos metros del pinar marítimo y los corrales de pesca de la playa de Punta Candor se ubica un residencial entre calles de ilustres tan ligados a Rota como son Almudena Grandes, que por aquellas orillas y en paseos interminables moldeó sus Aires Difíciles, Luis García Montero, poeta traído a la zona por Felipe Benítez, Joaquín Sabina y Miguel Ríos, eternos en innumerables momentos musicales de nuestras vidas. Cada año, a final de verano, se celebra allí un emblemático torneo de pádel que tiene distintivo propio porque no se trata solo de competir, de poner en valor el deporte, sino la saludable mezcla que representa hacerlo en familia, padres e hijos, hermanos, amigos o sencillamente vecinos que conviven año a año durante los meses de verano porque aunque su procedencia es múltiple, Rota es su pequeño paraíso estival y si bien no elegimos donde nacemos, sí donde queremos pasar cada verano el verano de nuestras vidas.

Esta es una crónica sin apellidos, solo de nombres como Javier o Armando Jr., cuya inquietud y el saberse hábiles en el manejo de la pala les llevó hace cuatro años a organizar este torneo e invitar a participar a todos los vecinos que entre estas calles de ilustres se reparten atardeceres en el Buda Candor, copas en Lucía y tardes de playa de esas que el naranja se hace dueño sobre un mar calmado y uno piensa por qué no vivir eternamente en verano. Dieciséis parejas: Fran y Santos, Armando y Jaime, José Antonio y Juan, Diego Jr. y Julio, Jesús y Javi, Luis y Antonio, Armando Jr. y Javi, Miguel y Kuki, Manuel y Montero, Reíllo y Sebastián, Andrés y Antonio, Álvaro y Joaquín, Diego y Andrés, Aitor y Alejandro, Javi y Sergio –muy Pro- y Mariano y José Luis sacaron lustre a sus palas durante cuatro días combatiendo contra esos aires difíciles que se dan cita en la pista de Almudena, contra viento y lluvia en alguna sesión y contra, por qué no decirlo, los excesos de todo un verano que directamente se instalan en la línea donde encalla el flotador. Pero nada importa ante la idea de poner un digno broche al final del verano con esta mezcla de familia y deporte.

Jesús y Javi ganaron, no sin esfuerzo, la final de consolación a Mariano y José Luis, mientras que el tercer puesto fue para la pareja de padre e hijo formada por Armando y Jaime, que debieron sudar la camiseta para imponerse a una de las grandes revelaciones del torneo y promesas futuras para el World Padel Tour -ojo Lebrón y Galán con ellos- formada por Javi y Sergio, incombustibles devolviendo bolas. Pero la veteranía de Armando, su agilidad física en el dominio de los movimientos y tu contundencia táctica les alzó, con la enorme aportación de su hijo Jaime, con el valioso tercer puesto del reconocido certamen.

Para la final infinidad de vecinos e, incluso, la gran variedad de pájaros y camaleones de la zona habían buscado hueco entre la enorme arboleda que embellecen los residenciales para no perderse el, sin duda, gran espectáculo deportivo del verano, que de manera justa decayó con victoria clara para la buena pareja formada por Armando Jr. y Javier, Sboia para íntimos del lugar, que hicieron buenos los pronósticos alzándose con el campeonato pese al esfuerzo innegable de Álvaro, un portento físico que como un animado Goku vuela y golpea seco deteniéndose en el aire cual bello Adonis, y Joaquín, atlético y fibroso en su capa más interna y menos en todas las demás pero que hace que el viejo rock and roll triunfe sobre tantas tediosas baladas latinas. Pero, justo es recocerlo, tanto la organización excelente como el triunfo final fue para la pareja mejor y de moda, que tras su gran concurso de este año anuncia, por el bien del chance, ruptura próxima para una próxima edición donde ya se están organizando nuevos dúos. Padres e hijos tendrán todo el invierno para entrenar la quinta edición, donde seguro todos volverán a competir en torno a un nuevo verano de sus vidas.

La vida, de hecho, debería ser un eterno verano y si uno sueña con el paraíso éste debe tener muchas cosas que recuerdan a Rota, un bonito lugar de playas lustrosas y orden donde, como le sucede a este torneo de pádel, no caben cuestiones más allá que pasarlo bien, en convivencia, en familia y, cómo no, al acecho de buenos alimentos y sus pertinentes bebidas frías. Cosas pequeñas que son, en definitiva, las grandes cosas que dan valor a la vida.

Y gracias a los patrocinadores, sin los cuales nada hubiera sido lo mismo: Tecnolaser, Grupo DMSL, Visualtropia, Orosierra, N dinámica, La Calzá y Cruz Campo son cómplices, también, del mejor verano de nuestra vida.

 

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