Así lo ha anunciado el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, durante la presentación del balance de la Operación Verano 2010 de la Dirección General de Tráfico, a la que también han asistido el director general de Tráfico, Pere Navarro; el subsecretario de Interior, Justo Zambrana, y el fiscal coordinador de Seguridad Vial, Bartolome Vargas.
En julio y agosto han fallecido 364 personas, 16 menos que en 2009 –un descenso del 4,21%–, lo que representa la cifra más baja de hace 48 años, cuando el parque de vehículos era de 1,5 millones frente a los cerca de 32 actuales y el censo de conductores era de 3,5 millones frente a los 26 de ahora.
En concreto, en julio murieron 176 personas, dos menos que en el mismo mes de 2009, y en agosto 188, catorce menos que en el del año pasado.
Según el ministro, el descenso total en el número de fallecidos –16 menos que el año pasado– significa que continúa la bajada de la mortalidad en las carreteras que se inició hace siete años, con la excepción que supuso el repunte de 2007.
Hay que subrayar, además, que en este verano los jóvenes han dejado de ser el grupo de edad con mayor número de víctimas en las carreteras este verano. Entre 15 y 24 años han muerto 51 frente a los 182 de 2003.
En el grupo de personas de entre 25 y 34 años se ha producido un descenso en la siniestralidad del 64% entre 2003 y 2010, con 61 y 170 muertos, respectivamente.
El ministro ha mostrado optimista por el hecho de que los jóvenes sean el grupo de edad que se comporta de forma mas sensible hacia la política de seguridad ya que “son los conductores del mañana”.
La franja de edad con más fallecidos es la de 45 a 54 años, aunque también ha descendido ya que han muerto 66 personas frente a las 93 de 2003.
Y todos ellos han perdido la vida en los cerca de 83 millones de desplazamientos que se han producido durante el verano, un 3,3% menos que en el mismo periodo de 2009, un descenso que sí ha sido significativo si nos ceñimos a los que se han producido en el marco de la operación del Paso del Estrecho, que han bajado un diez por ciento.
El peor día, el más trágico en las carreteras fue el pasado 28 de agosto, cuando murieron 14 personas, pero para ver la dureza de la siniestralidad hay que remontarse al mismo mes, al día 8, de 1993 cuando perdieron la vida 39 personas.
Pero sí hay un dato llamativo es el de los menores, este verano han fallecido 23 menores (once españoles y doce de otras nacionalidades) de 14 años, casi el doble que el mismo periodo del año pasado cuando perdieron la vida 12, de ahí que el ministro haya llamado la atención a los mayores para que instalen sistemas de retención en sus automóviles pues el 43% de esos fallecidos no los llevaba colocados.
Asimismo, también se ha incrementado el número de víctimas en autopista y autovía (31 y 68 fallecidos frente a los 18 y 57 contabilizados el pasado año, respectivamente), si bien la mayor cifra se ha registrado en las carreteras convencionales, en las que este verano han perdido la vida 257 personas, el 36% del total aunque un 14,9% menos que el año pasado.
En este sentido, el ministro ha subrayado que la preocupación de su departamento se centra en el “tridente” formado por el cinturón (que no llevaban el 19% de las víctimas este verano), el alcohol y la velocidad, causa principal de las salidas de vía, motivo que aglutina el mayor número de fallecidos (114) frente a otras causas.
Preguntado por las causas que explican el número de muertos en las carreteras, el ministro ha señalado que la política de seguridad es “consistente” y que, aunque los desplazamientos se han reducido con respecto a 2009, este año se han producido los mismos que en 2008, por lo que ha asegurado que éstos tienden a “estabilizarse”.