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Torremolinos

El día en que Torremolinos volvió a ser Pueblo

Torremolinos no es sólo turismo, fiesta, deportes, playa y sol. Es también arte, cultura, crisol de civilizaciones. En estas crónicas, Jesús Antonio San Martín, desarrolla lo más representativo del ayer y el hoy de Torremolinos.

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Torremolinos conmemora el vigésimo segundo aniversario de su Independencia municipal en este año 2010. Día inolvidable y gozoso aquel 27 de Septiembre de 1988. Temprano en la mañana, desde Sevilla se adelantaba por teléfono la tan anhelada noticia a los miembros de la Junta Pro Autonomía de Torremolinos, bajo cuya dirección fue diestramente encauzado, durante nueve férreos años, el esfuerzo tenaz y aunado del pueblo que había puesto sus elevadas miras en la consecución del noble ideal que lo motivaba y guiaba. Hacia el mediodía los medios de comunicación hicieron voltear sonoramente las campanas de la libertad. Pero ya el pueblo era pura fiesta, pues la radiante nueva se hizo trueno y relámpago en las bocas de los extasiados torremolinenses. Las calles se convirtieron en ríos de júbilo desbordado. ¡Ya somos "catetos"! -proclamaban las gargantas todas-, ¡ya somos Pueblo!
Durante cerca de un siglo y cuarto, desde los albores del siglo XIX, Torremolinos había sido pueblo independiente, independencia que perdió el 30 de junio de 1924 al ser absorbida su municipalidad por la ciudad de Málaga, convirtiéndose así Torremolinos en un barrio más de la capital. La lejanía del nuevo barrio se fue traduciendo en abandono y olvido por parte del Consistorio malagueño, si bien el barrio era oportunamente recordado a la hora de recaudar las sustanciosas contribuciones que el turismo generaba y que se invertían alegremente en los demás distritos de Málaga, excepto en el que las originaba y que merecía y demandaba más diligente atención. Ello dio lugar a que voces tempranas, aunque aisladas, se levantaran reclamando los derechos del abandonado barrio. Tales voces pronto se apagaron por falta de cohesión y programación de los objetivos, así como de la adecuada infraestructura que pudiera canalizar dichos objetivos hacia el éxito.
En 1979 el pueblo de Torremolinos, consciente de la necesidad y conveniencia de segregarse del municipio de Málaga, se unió para cimentar sólidamente el edificio de su ansiada independencia municipal. A tal fin se creó la Junta Pro Autonomía de Torremolinos. Durante nueve años de intensa lucha administrativa -como nave que, mecida sin piedad por el furioso oleaje, resistiera impasible los fieros vendavales de la burocracia-, la Junta Pro Autonomía, a una con el pueblo, demostró la eficacia de su estructura y coordinación, no cejando en su empeño de ver cumplidas sus dignas expectativas y afirmándose día a día, con creciente ahínco, en la reiteración de sus justas peticiones de emancipación. Por fin, durante las memorables fiestas de San Miguel de 1988, el gran sueño de la Independencia se hizo realidad. Aquel 27 de septiembre amaneció el pueblo iluminado por el sol glorioso de la libertad.

Glorioso 27 de septiembre
de 1988: Torremolinos
vuelve a ser Pueblo


El pueblo que un día aciago
se apagó en la oscuridad
y en el mar de los esclavos
echó su nave a remar
y en el océano bravo
capeó la tempestad
por seis décadas, sin pago
a esfuerzo y tenacidad,
sin premio, honor y agasajo
a tanta fidelidad;
el pueblo que ayer, cansado
del cotidiano luchar,
en la cuna de los años
acomodó su soñar,
hoy despierta soberano
y enciende su libertad.

Tomada por fin conciencia
de su cruda realidad,
optó por su independencia
con firmeza y con verdad.
Tras década impetuosa
de constante batallar,
logró su meta gloriosa,
libre se hizo coronar.
Bien mereció dura lucha,
puesto el ánimo en triunfar,
la causa tan noble y justa
de alcanzar la libertad,
que el pueblo en que se ha nacido
más hermoso esplenderá
sin ataduras y unido;
solo así prosperará.

En la testa soberana
que del mar caricia ansía,
regia se alza la sultana
que otea la lejanía.
Ella, la gloria almenara,
Madre eterna siempre viva,
mantiene hoy su ardiente llama
en sus hijos encendida.
El amanecer desgrana
pétalos de Autonomía,
mimada flor que, lozana,
despunta en el nuevo día.
El alborozo se inflama,
en los corazones vibra,
por las calles se derrama:
el pueblo muestra su fibra.

En día tan celebrado,
de la historia el más glorioso,
se ha roto el férreo candado
de un mustio ayer tenebroso.
Hoy se levanta el rey astro
más sublime y luminoso:
ciega el espejo dorado
del mar libre y poderoso.
Más pura el agua ha brotado
del manantial candoroso;
en el molino olvidado
girará el molón brioso.
El pueblo que ha sido alzado
de cenizas, victorioso,
de pueblos será dechado
manifiesto y virtuoso.

Torremolinos en alto
presto habrá de fulgurar
-oro y sol en su regazo-,
pleno de prosperidad.
En el mástil más sagrado
su estandarte ondea ya;
verde, blanco y azulado,
del viento es beso tenaz.
Este pueblo esperanzado
que el barco supo virar,
no es ya el pueblo esclavizado
a los vaivenes del mar.
Aquel fue un pueblo lejano
que durmió en la oscuridad…
mas despertó soberano
y encendió su Libertad.

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