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XIX Pregón de la Esperanza: un reducto al que siempre volver

El pregonero mostró sus dudas en estos tiempos, pero decide optar por la Esperanza porque nunca abandona

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La Parroquia de Nuestra Señora del Carmen ha acogido el XIX Pregón de la Esperanza del Calvario ante decenas de personas que aguardaban en sus asientos cuando el reloj marcó las 20:00. José Manuel Bernal Márquez, pregonero de esta edición, esperaba impaciente el momento de desprender su palabra, pero antes debía deleitarse de la presentación de su confidente y amigo: su hermano. Abel Bernal Márquez comenzó recordando que "tenerte de hermano mayor es lo mejor que nos ha dado nuestra madre". 

"Eres un tío fuerte" mostraba con admiración el presentador del XIX pregonero de la Esperanza del Calvario. Una fortaleza que procede de las enseñanzas de su padre como así expresara Abel al mencionar que fueron educados en que "nada es fácil". Pero, por supuesto, este sentimiento de admiración no sería lo mismo sin el cariño que por él profesa porque en su íntima introducción confesó sin rubor que ha sido al lugar que acudir ante las adversidades. "El pregón de hoy no lo hace cualquiera" avanzaba el presentador al indicar la estrecha relación de su hermano y el mundo cofrade. Por ello, al finalizar expresó que "te dejo tu sitio, el que te mereces".

Los aplausos conquistaron aquel espacio y los espectadores atestiguaron como Abel y José Manuel Bernal Márquez se fundían en un abrazo. Ante este contexto José Manuel se enfrentaba un joven que ocupaba un lugar que su propio padre hizo hace 16 años. "Tiemblan las campanas del Carmen" narraba el pregonero en su comienzo antes del pertinente saludo a las autoridades allí presentes. El pregonero dirigió su pregón en ese momento a la Hermandad del Amor para reconocer su inmensa labor en la Semana Santa roteña porque "en nuestra Semana Santa no sobra nadie". Un argumento que rápidamente defendió con un "sois más importantes de lo que os creéis", cuando previamente mencionó las dificultades que han tenido que afrontar en múltiples ocasiones: "han sido muchas estaciones de penitencia por salir con lo poquito que os quedaba de manera digna".

"No se necesitan puertas de grandes dimensiones" dijo, "¿quién necesita pasos grandes si con pasión y fervor tus mujeres llevan?" preguntó en defensa del Lunes Santo. Bernal Márquez abogó por la presencia de esta hermandad en su Lunes Santo. Continuó con alardeando de la grandeza de esta fecha, las fuertes vivencias qué esa noche acontecen en las calles de Rota. Sincero y directo, sin eludir el asunto, mostrando su convencimiento sobre la grandeza del Lunes Santo.

Los vitores se replicaban de manera continuada cuando el protagonista de esta velada, con permiso de la Esperanza del Calvario, bebía sorbos de agua para ir cerrando capítulos. Bernal confesó que los tiempos que hoy corren porque "parece que el que hace el bien no es respetado: nos están ganando la batalla madre". Las dudas se amontonaban en su imaginario, sin embargo, es ahí cuando la Esperanza es mayor, es ahí cuando uno necesita volver a casa, volver a los brazos de su madre. "Me has llamado madre y aquí me tienes con el pecho descubierto" confesó. Posteriormente se llegó al momento álgido en cuanto a emotividad al dirigirse directamente a su hermano: "te felicito y te agradezco por ayudarme en los momentos más bajos".

"En todos los calvarios hay esperanza y todos los días son Lunes Santo" esclarecía el pregonero antes de concluir el XIX Pregón de la Esperanza del Calvario. "Madre, nada me queda por decirte" le confesaba desde el atril antes de sentenciar su pregón con un "he dicho".

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