Los técnicos municipales que asumen la intervención de Urbanos Amarillos dispondrán a partir de junio de unos 450.000 euros con los que hacer frente al abono de las nóminas de los trabajadores y a los gastos propios de combustible y mantenimiento de los autobuses.
El Gobierno local contempla una transferencia mensual de 250.000 euros a la concesionaria, a la que se unirá la recaudación que se obtiene en base a la venta de los títulos de viaje en cualquiera de sus modalidades, que ronda los 200.000 euros.
La intervención del servicio por parte del Ayuntamiento impide que ninguna de esas cantidades llegue directamente a la empresa, sino que serán los técnicos municipales los encargados de administrar el dinero, lo que en principio garantiza los pagos a la plantilla y la atención de los gastos más elementales.
Ese es el motivo que parece haber llevado la tranquilidad a la plantilla y el hecho que permitió la desconvocatoria de la huelga a pesar de la concesionaria no ha saldado aún sus deudas con los trabajadores.
La alcaldesa, María José García-Pelayo, se mostró ayer satisfecha con el resultado de estos primeros días de intervención, que entre otras cosas han permitido que se encuentren operativos 33 autobuses. La intención del Consistorio es que a lo largo de la próxima semana la flota se incremente en otros cinco vehículos. Aún así, la regidora admitió que la ciudad necesita de 43 autobuses para cubrir el servicio en horario de mañana, mientras que por la tarde la cifra se reduce a 29.
Con todo, es evidente que el servicio ha recuperado prácticamente la normalidad en poco más de diez días, después de que en las últimas semanas se dieran casos de jornadas en las que apenas circulaban media docena de autobuses.
García-Pelayo reiteró su agradecimiento tanto a la plantilla de Urbanos Amarillos como a los técnicos que están permitiendo que el servicio de autobuses recobre la normalidad a pesar de las dificultades.
