Sinceramente, ya no sé bien qué palabra utilizar para expresar la sensación que me producen las noticias que leo u oigo cada día respecto a este país nuestro. Así, me tienen absolutamente estupefacto los incidentes que vienen reproduciéndose en distintos lugares y momentos, y por ejemplo no acabo de entender cómo en una ciudad como Mérida donde se conocen práticamente todos puede asaltarse un Centro de tan altísima contribución a la educación de una gran parte de sus ciudadanos en las circusntancias que he podido leer.
Me resulta absolutamente increíble que lo último que tenga que leer es que una formación política en lugar de respaldar a ese Centro, a sus trabajadores, a sus alumnos y a la sociedad en general que somos todos, opte por decir que son otros los equivocdos y que su dirigente es una especie de angelito que no ha hecho más que usar sus derechos. Dirigente, por cierto, con apellido de ilustre alcalde sevillano de finales del sigo XIX que no estará muy orgullo de esa relación.
Sea quien sea, cuando un dirigente político es imputado por un juzgado lo que pienso que tienen que hacer los partidos es esperar a que los jueces y fiscales comprueben e investiguen y dejar de crucificarlo desde el primer día y también de defenderlo sin conocer cual va siendo el resultado de la investigación.Menos aún cuando los hechos en que se ve envuelto son de naturaleza violenta.
Pero con todo, lo que más me alucina de ese incidente sonesas frases que recogen los periódicos que pronunciaron quienes realizaron esa actuación. Así, lo de ‘Menos crucifijos y más trabajo fijo’ o ‘Dónde están los curas, que los vamos a quemar’ es un fiel reflejo de cómo en pleno sigo XXI tenemos una sociedad que es capaz de actuar con tics absolutamente trasnochados propios de tiempos muy anteriores y de cuál es el respeto por los demás que algunos que alardean de progreso han inculcado enparte de nuestra sociedad.
Y lo que finalmente me deja estupefacto es que en esos hechos los menores encima se dirigieron al personal diciendo “Como me grabéis se os va a caer el pelo, que somos menores”. O sea, que quienes avasallan los derechos de los demás encima usan para hacerlo las leyes que supuestamente nos hemos dado para la defensa de los derechos de todos. Esto es lo que se ha conseguido con esa protección más allá de toda razón que permite que quienes atacan a los que cumplen las leyes lo primero que hagan sea precisamente saber cómo usan esas leyes para burlarse de todos. La cara que debe quedársenos es sencillamente de idiotas. No sé qué resultados tendrá esa investigación y esa comprobación de los hechos, pero en mi opinión debemos dejar de seguir protagonizando ese camino de enfrentamientos y violencia en las calles y tomar por una senda completamente diferente en beneficio de todos.