Después de ocho años al frente de la gestión de la Universidad de Huelva, ha llegado el momento de despedirse del cargo. Francisco José Martínez López, catedrático de economía financiera y contabilidad, cierra una etapa marcada por el salto al espacio europeo, por la consolidación de una institución con 20 años recién cumplidos, pero con cada vez más síntomas de madurez, y por el ineludible trabajo para que la omnipotente crisis deje los menos daños colaterales. En la entrevista concedida a Viva Huelva, Martínez hace balance de su gestión.
¿En que situación deja la UHU después de dos legislaturas al frente?
–Bueno, nosotros teníamos cuatro objetivos bien definidos, sobre los que hemos trabajado, y sobre los que estamos trabajando para que el nuevo equipo que entre pueda trabajar con normalidad. El primero, la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior. Ahí podemos decir que todas las carreras están ya implantadas, y prácticamente está funcionando al completo. Lo hemos dejado implantado con una metodología docente muy especial, que es la metodología de la Universidad de Huelva y donde hemos intentando trabajar para que la adaptación a ese espacio europeo fuera positiva. Es uno de los grandes avances que hemos tenido como universidad. El espacio europeo se pensó para una universidad como la de Huelva y hemos podido aplicarlo de forma muy efectiva. El segundo aspecto sobre el que estábamos especialmente interesados era en consolidar era la investigación, y hemos podido consolidar todos los grupos y centros de investigación que tenemos. El tercer objetivo, la implicación con la sociedad onubense, que era casi una cosa personal mía, una especial ilusión. Creo que dejamos unas muy buenas relaciones para el equipo entrante. Y en último lugar, la situación económica, que teníamos al entrar una situación muy delicada con un préstamo de más de 11.000 millones de las antiguas pesetas, y hoy día hemos logrado que la institución esté más o menos saneada, lo que no quita que la tesorería esté en una situación muy difícil, como todas las instituciones públicas.
¿Y qué cree que ha quedado en el tintero?
–Me hubiera gustado terminar el edificio de Ingeniería, que era una de las grandes obras, cuyo edificio ya está consignado presupuestariamente, y será uno de los grandes centros de ingeniería a nivel nacional. Y, no sé, me gustaría haber avanzado algo más en temas de infraestructuras. En todo lo demás, creo que los objetivos se han ido cumpliendo.
La crisis ha frenado el proyecto de la Facultad de Medicina, ¿para cuándo estará en Huelva?
– La Facultad es Medicina es importante no sólo por los alumnos y por la propia universidad, sino también por el sistema sanitario de Huelva, pero estimo que harán falta dos años como mínimo para que vea la luz. Podemos tener esperanza en que contaremos con esta facultad, por tener unas clases, y hacer una facultad pequeña con grupos reducidos, con el objetivo de que sólo se admitan unos 60 y 65 alumnos por curso . Estamos formando a los profesores, a muchos médicos y doctores para que den clases, y ya están los terrenos al lado del Juan Ramón Jiménez. Se han dado muchos pasos pero falta el definitivo, que es la autorización para poder impartirlo. Estamos en puestos muy avanzados en los ranking de investigaciones, pero si no somos fuertes en ciencias de la salud es difícil que podamos crecer más.
¿Será usted un rector en la sombra?
–No. No. No voy a participar en ninguna decisión que se tome. Quiero que el equipo que entre tenga total libertad para trabajar. No me voy a presentar ni siquiera en ningún órgano colegiado.
¿Pero se implicará con alguna candidatura en la campaña?
–No, no, no, no. Hay tres personas postulándose, y no me voy a postular por ninguna de ellas, ni voy a hacer campaña en ninguna de ellas.
¿Y su labor a partir de ahora?
–Entre otras cosas, básicamente vuelvo a mis clases y a dedicarme a los grupos de investigación.
En los últimos tiempos la educación no pasa por sus momentos de mayor paz social. Siempre se ha pronunciado al respecto, por ejemplo, en la dificultad para acceder a las becas, ¿cree que eso cambiará o al final vamos a tener una universidad solamente para los más pudientes?
–Efectivamente, abogo por una universidad pública de calidad, como creo que estamos consiguiendo en las universidades españolas, y que uno de sus principios fundamentales es que se acceda a la universidad por méritos, independientemente de otros criterios. Y por ello, el que pueda pagar, pues que pague su matrícula, y el que no, que tenga un sistema de becas adecuado que le permita cursar sus estudios con normalidad. Tenemos que seguir trabajando para tener un sistema de becas justo y estable.
¿Vislumbra más revueltas estudiantiles?
–Parece que los alumnos seguirán protestando ante una serie de hechos que les está afectando seriamente, como son las tasas universitarias, las becas… A nivel nacional, ya tienen previstas acciones conjuntas, y espero que seamos capaces de dar respuesta a muchas de las reivindicaciones que tienen los alumnos, que en muchos casos son totalmente justas.
Apuntó con anterioridad que uno de los grandes objetivos ha sido la implicación con el entorno, ¿en qué cosas concretas cree que ha influido la UHU?
–En primer lugar, formando y dando el título a más de 30.000 personas en los últimos 20 años. En segundo lugar, la investigación. Hemos aportado avances a sectores bastante relevantes de nuestra tierra, como el medioambiental, la agricultura, el industrial. Hemos aportado nuestros conocimientos a muchas empresas, que han mejorado sus resultados.
En cuanto al siempre abierto debate medioambiental de Huelva, ¿ha contribuido la UHU durante su mandato a tener una industria química más limpia?
–Nosotros, en ese sentido, hemos tenido una actitud muy práctica. Cuando hemos encontrado algo en los análisis que hacemos, lo hemos dicho, y hemos tenido una actitud constructiva en el sentido de intentar buscar soluciones a los problemas que van surgiendo en este campo. Hemos colaborado tanto con las empresas como con instituciones como la Mesa de la Ría y otras, siempre que nos lo han solicitado. Nuestro objetivo siempre ha sido ir mejorando en nuestro entorno en este campo, pero sabemos que todavía quedan cosas por hacer.
Como cuáles
–Estamos trabajando en temas de micropartículas, algo que creemos que es importante, y estamos encontrando en las empresas interés de colaboración para mejorar. En ese aspecto, estamos muy implicados en este momento como universidad.
¿Cómo queda la deuda de las diferentes administraciones?
–Aunque memos terminado 2012 con un superávit importante a nivel presupuestario, uno de nuestros problemas fundamentales es el dinero que le debemos a los proveedores, y sí es verdad que en ese aspecto necesitamos más oxígeno financiero.
Como los profesores son tanto de poner nota, ¿sería capaz de ponerse una para evaluar sus ocho años de gestión?
–No, yo, no, (risas). Eso que lo hagan los demás.
Pero, entiendo que se va satisfecho
–Sí, eso sí.