Una vez disuelta la junta gestora que ha llevado las riendas de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, que llegó a convocar dos cabildos de elecciones a lo largo de su mandato, sin que concurrieran candidaturas al mismo. Ahora, sobre la mesa está una solución pactada o la disolución de la hermandad, la opción que menos se quiere en el mundo cofrade isleño.
El Obispado de Cádiz y Ceuta prepara un decreto sobre la hermandad que se prevé inminente en este mes de junio, una vez que la Gestora ha cumplido los dos años. Sobre la mesa estaba la disolución, pero surgió la opción de cambiar la sede canónica de la hermandad, apuntándose a la iglesia Mayor.
Una hipótesis que ya está originando polémica, por cuanto es sabido el rechazo del párroco de la iglesia Mayor a incorporar nuevas imágenes en el templo, ya de por si llenos sus retabalos laterales y con un gran número de hermandades, a los que se suman las comunidades neocatecumenales, la congregación del Sagrado Corazón, el grupo de la Divina Misericordia, etc.
Sin duda, las desavenencias entre la junta de gobierno de la hermandad y su director espiritual y párroco de San José Artesano originaron un período de tres años en los que la Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos no ha podido procesionar en la madrugada del Sábado Santo.
Según el comisario de la junta gestora de la hermandad, Antonio Sánchez Cepero, hubo una candidatura que fue presentada directamente ante el Secretariado Diocesano de Hermandades y Cofradías, sin ser presentada ante el comisario y el director espiritual. Una vez tenido conocimiento de las personas que integraban esa candidatura, “habían tenido enfrentamientos públicos con el director espiritual”.
Sánchez Cepero asegura en dicha carta que se ha sentido ninguneado y acusa al Consejo de Hermandades y Cofradías de haber entrado en el juego.
De momento, la solución vendrá dictada en el decreto del Obispado de Cádiz y Ceuta que pondrá fin a una etapa de tres años que curiosamente llegaron después de la celebración del 25 aniversario de la hermandad.
La ofrenda que anualmente hacía la hermandad ante la puerta del Cementerio Católico Municipal era uno de los momentos destacados de la Semana Santa isleña que lleva ya tres años sin verse y quien sabe si en el futuro.