El tiempo en: Rota

San Fernando

Cómo correr durante doce horas seguidas y no morir en el intento

María Jesús Sierra Barroso superó una lesión de rodilla y ahora es una promesa del triatlón con el sueño de estar en Hawai en 2014.

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai Publicidad Ai Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai

Comenzó siendo una promesa del balonmano hasta el punto de ser la primera isleña a la que convocaban para el combinado andaluz en categoría cadete, pero una lesión la apartó de los terrenos de juego no sin antes intentarlo todo hasta que la realidad comenzó a derrotarla cuando sólo tenía 16 años.

Fue en un partido amistoso cuando una compañera se cayó sobre su rodilla y precisó una intervención quirúrgica que le permitió seguir jugando al balonmano un año y medio más, pero tuvo que volver a operarse. Siguió jugando hasta la nueva y definitiva recaída tras la que el médico le recomendó abandonar la práctica del balonmano.

Pero una mujer que había comenzado a practicar deporte con diez u once años, no sólo balonmano sino también voleibol y fútbol, aunque se decantaría por el primero, no se iba a amilanar, aunque lo pareciera y ella misma lo creyera al principio. Entre otras cosas porque el deporte es una droga o por lo menos “engancha”.

Después de la retirada prematura del deporte se marchó a Cádiz donde estudió Administración de Empresas, primero la diplomatura y luego la licenciatura “y durante aquel tiempo a lo mejor salía a correr un poquito, seguía haciendo gimnasio para mantener la pierna… pero no comencé a correr hasta hace unos cuatro años”.

La pregunta es cómo una mujer que se había lesionado practicando un deporte de los que se llaman normal y corriente, podía ahora, al cabo de ocho años, estar compitiendo no en otro deporte normal y corriente, sino en uno de los que califican con toda la razón del mundo como deporte “inhumano”.

Y es que María Jesús Sierra Barroso lleva alrededor de un año haciendo triatlón y de los de distancias largas. “Hay distancias en las que nadas 750 metros, veinte kilómetros de bicicleta y cinco kilómetros corriendo, que son las más pequeñas, pero mis distancias son de medio Ironman a Ironman. La distancia medio Ironman son 1.900 metros nadando, 90 kilómetros de bicicleta y 21 corriendo y la de Ironman es de 3,8 kilómetros nadando, 180 kilómetros de bicicleta y 42 kilómetros corriendo.

¿Cómo se llegan a recorrer esas distancias, teniendo cuenta que aunque los grandes campeones tienen unas marcas en torno a las ocho horas, la preparación de María Jesús Sierra ‘sólo’ le permite hacerlas en casi doce horas, casi medio día sin parar?

“Es necesario mucho esfuerzo, mucho sacrificio y mentalizarse mucho. Yo trabajo de lunes a viernes, entro a las ocho de la mañana y salgo a las siete y media u ocho de la tarde, por lo que no le puedo dedicar mucho tiempo. Aunque esos días entreno una hora u hora y media, aprovecho básicamente viernes, sábados y domingos que es cuando le dedico tres o cuatro horas cada día”.

Y por supuesto, cuando está cerca el día de la prueba, los entrenamientos mínimos son de ocho horas un domingo, entre las tres disciplinas; obviamente, alimentarse bien. Para llegar a pensar siquiera en abordar una carrera de esas características “se requieren muchos meses de entrenamiento, no se hace en dos días. Y además a mí se me da muy bien el sector de la carrera, que es una baza importante a la hora de competir”.

¿Pero qué pasó con esa lesión que la apartó del deporte del balonmano y ahora le permite correr durante tantas horas? La explicación es que “lo que me hace daño en la rodilla son los cambios bruscos de dirección que exigen otros tipos de deportes como pádel, fútbol, balonmano… Sin embargo la natación viene muy bien, la bicicleta tampoco produce un gran impacto en la rodilla y la carrera como es recto, pues no me molesta”.

María Jesús, de todas formas, sólo acaba de empezar en esto. Lleva un año y eso es poco tiempo para lograr buenas marcas. “Mi entrenador me dice que cuando lleve dos años voy a ver mi evolución. Y es que yo no llevo nada para lo que un triatleta de larga distancia debe de llevar entrenando”.

Eso no le ha impedido ganar el Iberman La Luz Larga Distancia en Ayamonte en el mes de octubre con un tiempo de 11 horas, 51 minutos y 12 segundos o la Media Maratón de Marbella, también este mes y comenzar a ser conocida como “la mujer de hierro” dentro de su categoría en el circuito de la prueba más exigente del mundo.

Pero le queda mucho por recorrer, en el sentido más literal de la palabra. A partir de ahora su trabajo, su entrenamiento, está orientado a conseguir marcas que le permitan competir en los campeonatos de Andalucía y de España. “Si consigues correr todas las pruebas y consigues la mejor marca serás la campeona de España y si no irá por media, según la puntuación que logres en cada una de las pruebas”.

Eso es en el plano deportivo. Pero cuando se habla de María Jesús Sierra se está hablando de ella y de otras muchas personas que hacen deporte porque les gusta, que tienen su trabajo, su familia, sus amigos y tienen que sacar tiempo para entrenar. No son las deportistas profesionales que tienen una beca y pueden dedicarse en cuerpo y alma, sino que por el contrario, les cuesta dinero el material que usa, las bicicletas, los desplazamientos, la manutención… e incluso el entrenador, aunque en el caso de Sierra Barroso “tengo la suerte de que no me cobra, que es José Manuel Quero”. Pero de todas formas, “no es un deporte barato. Hay que hace un gran desembolso, sobre todo al principio”.

“Este mes se ha celebrado el Triatlón más importante del mundo en Hawai y me impresionó cuando escuché al campeón, un chico profesional que lo hace en ocho horas, decir en una entrevista que él no era el verdadero Ironman, que los verdaderos Ironman son que llegan a la meta con tiempo de doce o trece horas, tienen familia, tienen trabajo, no tienen tiempo para entrenar y no viven de esto, como vivía él”.

¿Pero de vuelta a la carrera, qué se va sintiendo conforme van pasando las horas y el cuerpo comienza a sufrir? “Cuando te enfrentas a estas distancias tu cuerpo ya ha asimilado los entrenamientos. Ya lo único es la preparación mental, sobre todo en la carrera que es el sector último, el de los más duros porque llevas muchos kilómetros. Entonces es cuando las piernas te piden algo más y hay que tener cabeza, decirte que puedes con eso, que has entrenado… Pensamientos positivos, canciones… Se te vienen muchas cosas a la cabeza, pero no te debes de venir nunca abajo. Aunque también puedes tener un día malo, por la alimentación que no la asimiles bien, por demasiado entrenamiento, demasiadas carreras… Pueden pasar muchas cosas en doce horas. Lo normal es que si todo lo has hecho correcto salga bien y sea sólo tirar de mente, pero…”.

Detrás de cualquier carrera hay una meta y detrás de cualquier esfuerzo hay un sueño. A María Jesús Sierra Barroso le gustaría que la llamaran para formar parte de un combinado autonómico o nacional, “pero es un sueño, hay muchos profesionales con muy buenos tiempos, mucha dedicación. Mi meta personal el año que viene, que estoy apuntada al Ironman de Lanzarote, es quedar de las primeras en mi categoría y conseguir un plaza para el Mundial de Hawai en el mes de octubre. Mi meta es conseguir esa clasificación”.

Allí, como se decía antes, donde compiten los mejores del mundo, María Jesús es consciente que “no iba a ir a ganarlo porque hay mucho nivel pero competir y disfrutar de esa experiencia sería formidable”.

Como ella misma decía, una carrera como ésta “el simple hecho de acabarla es un premio, si además la ganas, ya no tiene precio”. ¿Quién sabe si el año que viene por estas fechas la entrevistamos porque ha estado en Hawai. Y porque la ha ganado. Ella ha prometido volver a su pueblo –vive en Mijas, donde trabaja- para contar la experiencia.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN