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Velasco se cargó el derbi (0-2)

Triunfo sevillista una vez más por tercera ocasión en esta temporada sobre los verdiblancos en un partido donde el colegiado se erigió como triste protagonista

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  • Nula actuación arbitral -

El derbi sevillano más desigual que se recuerda se lo llevó el Sevilla por tercera vez esta temporada contra un Betis que se vio muy perjudicado merced a una pena máxima inexistente señalada por Velasco Carballo, que dejó al conjunto bético con diez jugadores una hora de partido y el duelo de máxima rivalidad decidido. Gameiro rubricó los dos goles sevillistas.

Con toda la artillería pesada en la delantera; salía Gaby Calderón al césped de Heliópolis para intentar sacar tres puntos más importantes en lo anímico que en lo puramente clasificatorio. Por el Sevilla, Unai Emery únicamente introdujo una novedad en el once. La más notable de todas; pues Rakitic, dejaría su lugar en el campo a Trochowski en la medular.

Ambientazo y enorme colorido en el estadio que con el pitido inicial de Velasco Carballo daba comienzo un partido donde el árbitro, por desgracia para el espectáculo del derbi sevillano, se convertiría en el protagonista.

Un choque que arrancó con el Betis empujando ofensivamente y queriendo demostrar que la dignidad bética pese a todos una pésima campaña, es lo último que se debe perder; mientras que el Sevilla, sin ninguna prisa y viéndolas venir, se parapetaba atrás con la idea de buscar su oportunidad cuando apareciera.

Sin ocasiones de verdadera transcendencia, la sensación de llevar mayor peligro hacia el área contraria y de ponerle más intensidad al juego, recaía más en el conjunto verdiblanco que en el bloque sevillista, donde Fazio, se erigía como el mejor. Rubén Castro y Nono, que disfrutaron de disparos desde la frontal, no estuvieron acertados.

Todo parecía ir por los cauces normales de un duelo de máxima rivalidad hasta que en el minuto 27, tras una jugada individual de Bacca, el colegiado señalaba de forma injusta, la pena máxima en contra del Betis por un supuesto derribo de Juan Carlos sobre el ariete colombiano.

Como no podía ser de otra manera, las protestas de jugadores, cuerpo técnico al completo y de una grada al borde del paroxismo, lógicamente se hicieron notar después de un año repleto de agravios arbitrales. Juan Carlos era expulsado del terreno de juego y a continuación, era Gameiro el autor del gol de penalti en el minuto 30 de la primera.

A partir de ese instante, el partido discurriría por unos derroteros que nada tendrían que ver hasta el final con el fútbol en su esencia y sí con el desquiciamiento colectivo en general de un colegiado que no demostró la categoría internacional.

La señalización de las tarjetas y las malas decisiones se sucedían. Perdonó la expulsión tras el penalti de Rubén Castro y se equivocó en suma en un fuera de juego al que le subsiguió una mano de Amaya; si bien no pitó un penalti a favor del Betis por otras manos de M’Bia en el área y pudo expulsar a Reyes por un codazo a Juanfran.

Sólo Adán evitó un marcador más abultado a favor del Sevilla, que no obstante, tras disfrutar de varias oportunidades claras, cerró el partido con otro tanto de Gameiro en un remate a placer a pase de Diogo Figueiras en el 82’.

Y es que al margen de la nefasta actuación del colegiado, el Sevilla se volvió a llevar el derbi ante el Betis en el Villamarín. El sevillismo, exultante, completa una semana para enmarcar. El beticismo, desolado, va camino de Segunda División sin remisión.

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