El Tribunal Supremo ha absuelto a un hombre que fue condenado a cinco años y nueve meses de cárcel por agredir a su ex novia y llevarla maniatada a una zona forestal al ser dudoso el testimonio de la víctima y no haber pruebas que den respuesta a esos aspectos "inconsistentes" de su declaración.
La Sala de lo Penal ha estimado el recurso que presentó Alberto J. G. contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que le consideraba culpable de delitos de maltrato en el ámbito familiar, detención ilegal y amenazas.
Se trata de la segunda sentencia contraria a este hombre ya que el Supremo ordenó en una primera ocasión celebrar otro juicio contra él por los mismos hechos en el que se valoren las pruebas que rechazó en una primera ocasión.
Entonces, el Supremo ordenó retrotraer las actuaciones, mientras que ahora absuelve al acusado ya que el testimonio de la víctima genera dudas y su valoración "entrelazada con las restantes pruebas presenta alguna fisura o quiebra de relieve" sin haber una "explicación factible".
UN TERRENO PANTANOSO
Un perito desveló sus dudas sobre la declaración de la víctima, que habló de una sustancia que le dejó semiconsciente y facilitó la acción del acusado para llevarla en coche a una zona de monte. Sin embargo, la Sala no razonó por qué no podía considerarse acreditada esta hipótesis con información "de calidad".
Y en este caso, que califica de "difícil", se abre un "estado de perplejidad que es terren pantanoso no apto para soportar sólidamente una convicción de culpabilidad, por más que sean mucho otros datos nada frágiles o baladíes que avalarían esa declaración", recoge la sentencia con ponencia del magistrado Antonio del Moral.
Las versiones de la mujer y del novio contenían datos contrapuestos entre sí, unos estaban corroborados y otros eran débiles. Un magistrado de la Audiencia Provincial emitió un voto discrepante sobre los "puntos oscuros" que, a su juicio, contenía el testimonio de la chica.
Entre ellos, mencionó que las lesiones que aparecieron en las muñecas no se correspondían con el uso de unas esposas y un aspecto "desconcertante" como que ella apareció con unos grilletes "curiósamente idénticos" en una filmación, que no llegó a aportar íntegramente.
"La presencia del móvil de la denunciante en la sierra es un dato más coherente con una partida voluntaria que con una denuncia", decía, para concluir que el contacto entre ambos los días previos a los hechos no permitía pensar que su relación hubiera terminado.
