Llega Sevilla para quedarse una nueva revista literaria, La Antibiótica, publicada por Bitiji bajo la dirección de Emilio Losada, que nos desvela algunos aspectos del ato. Sera hoy jueves en La Caja Negra.
¿Cuáles son los contenidos de la revista?
–El eje central es la figura del enorme poeta Fernando Cañas, fallecido accidentalmente hace poco más de diez años. Incluimos varios textos sobre él escritos por Juan Diego Fernández, su hermano de correrías ochentenas, y por mí mismo. También nos ha cedido un texto el poeta Mauricio Gil Can, y José Rasero Balón ha escrito un maravilloso poema para la ocasión. Completa el número un descacharrante relato de Venthor Gómez, el avance editorial de una novela de próxima aparición escrita por dos tipos excepcionales, Pablo Cerezal, cuya novela Los cuadernos del Hafa me dejó de piedra este año, y Claudio Ferrufino-Coqueugniot, uno de los mejores prosistas actuales de América Latina. En el apartado de la poesía incluimos poemas del propio Fernando y de José Rasero, de José Antonio Gamero Romero, de Nieves Mazón, de Lejano y de Martín de Bilbao, todo un personaje.
En la presentación se rendirá homenaje al poeta Fernando Cañas. ¿Por qué?
–Conocí a Fernando hace veinte años y su muerte me dejó hecho polvo. Conviví dos veranos con él en pensiones baratas cuando trabajábamos de figurantes musicales en un programa de Canal Sur TV que giraba por Andalucía, a mitad de los noventa. Hablábamos muchísimo de literatura, pero siempre me negó su condición de poeta. Pocos años después del fatal episodio, Juan Diego tuvo a bien pasar a limpio muchos de los poemas que Fernando había escrito en cuadernos y los consiguió publicar en EH Editores bajo el título de Diamante roto. Cuando el libro cayó en mis manos no me lo podía creer: Fernando, aparte de ser un humano excepcional… ¡era un maravilloso poeta! En la revista se incluyen varios inéditos que han ido apareciendo tras la publicación del poemario en 2007. Nunca podré agradecerle lo suficiente a su hermano Manolo y a José Rasero esta aportación. La obra de Fernando merece ser reivindicada constantemente y yo no voy a cejar en el empeño. ¡Gloria eterna para Fernando Cañas!
Con la que está cayendo, ¿hay que ser valiente para crear una revista literaria en este país?
–En el resto del país hay que ser muy osado, en Sevilla hay que estar como una cabra. Yo lo estoy, así que a tirar para el monte. Y balando, si es preciso.
¿En qué consistirá la presentación?
–Todo lo que habría que decir está escrito en La Antibiótica. Por mi parte, he formado un grupete para la ocasión, Los Tetas Romeras. Musicaremos a lo Velvet Underground un bellísimo poema de Fernando y daremos paso a la verdadera estrella de la noche: el increíble Perpetuo Fernández, el más notable álter ego de Juan Diego Fernández. Él solo se come el escenario. Su actuación es imperdible.
¿La idea es que esta publicación tenga continuidad?
–Tristemente y por razones que no vienen al caso, tras este número yo salgo del proyecto. Tengo que decir que La Antibiótica es un invento mío y he dirigido y coordinado este número con entera libertad. Bitiji tiene intención de seguir y yo les deseo lo mejor.