Hace un año, después de la celebración de las elecciones europeas, el PP comenzó a plantear la necesidad de reformar la Ley Electoral para que en las municipales de 2015, esencialmente, gobernara la lista más votada. Aquella iniciativa se fue diluyendo a medida que pasaron los meses y los populares se encontraron sin respaldo del PSOE para someterla a debate, votación y llevarla a la práctica. Ahora, una vez superadas las elecciones municipales, ha vuelto a la carga con la misma propuesta, aunque incorporando detalles del argumentario socialista, caso de la celebración de una segunda vuelta, si bien, desde el PSOE han emplazado al PP a dejar el debate para la próxima legislatura.
Pero, ¿qué habría pasado en Jerez el pasado 24 de mayo si esta nueva propuesta de reforma de la Ley Electoral estuviese ya en vigor? Pues que el nuevo gobierno local habría salido elegido tras una segunda vuelta en la que ya sólo habrían comparecido tres de los diez partidos presentados en Jerez, los tres que superaron el 15% del respaldo de votos; es decir, PP, PSOE y Ganemos Jerez.
En este sentido, la nueva propuesta de reforma de la Ley Electoral establece que el partido que tenga más del 35% de los votos y supere al segundo por un 5% se lleva la mitad más uno de los concejales. Este supuesto no se habría cumplido en Jerez, donde el PP se quedó en el 34,12% de los votos.
El siguiente supuesto alude a que si el partido más votado ha superado el 30% de los votos y aventaja en un 10% al segundo más votado, también se llevaría la mitad más uno de los concejales. El PP sí cumple el primer registro, pero se quedó a un 0,08% de aventajar al PSOE en un 10%, por lo que tampoco cabría aplicarse esta circunstancia. El tercer supuesto es el que contempla la segunda vuelta: si ningún partido cumple los requisitos anteriores, se celebrará una segunda vuelta en la que participarán todos los partidos que hayan superado el 15% de los votos. En el caso de Jerez: PP, PSOE y Ganemos Jerez. El resultado de esa segunda vuelta es el que habría determinado al partido que formaría gobierno, sin necesidad de pactos o negociación.