Un año después de que se conociera el primer contagio por Ébola en España -la auxiliar de enfermería Teresa Romero- los médicos que la atendieron siguen sin saber el motivo de su curación, mientras el hospital Carlos III de Madrid participa en un ensayo de la vacuna experimental contra el virus.
Fue el 6 de octubre de 2014 cuando saltaron todas las alarmas al conocer que una de las personas que había atendido al religioso Manuel García Viejo, que falleció a causa del ébola, había sido contagiada por el virus.
Teresa Romero y el Carlos III de Madrid, donde estuvo ingresada, atrajeron la atención de medios de todo el mundo y la incógnita sobre cómo se había producido el contagio puso en cuestión la seguridad del protocolo establecido para la atención de estos pacientes.
También se cuestionó la propia actuación de la auxiliar de enfermería, de quien se dijo que había reconocido haberse tocado la cara con un guante tras atender al misionero.
Al margen de polémicas, el equipo médico que atendía a Romero consiguió que la carga viral de la paciente fuera descendiendo al ser tratada con un fármaco experimental, el Favipiravir, y con suero hiperinmune de la misionera Paciencia Melgar, contagiada en Liberia y que también superó la enfermedad.
La paciente experimentó mejoría y alivio de los síntomas de la enfermedad y fue dada de alta el 5 de noviembre, pero los médicos siguen sin saber cómo se curó.
El caso de Romero llevó a una revisión y posterior modificación de los protocolos de actuación ante esta enfermedad como la reducción del umbral de fiebre a partir del cual un sospechoso de ébola debe ingresar en el hospital, que pasó de 38,6 a 37,7 grados.
También se modificó la forma de seguimiento a las personas que habían tenido contacto con algún infectado, lo que llevó al ingreso en el Carlos III de quince personas, entre ellas su marido, Javier Limón, y a la vigilancia domiciliaria de otras 68 personas.
Un año después, el hospital La Paz-Carlos III de Madrid participa en el ensayo clínico de la vacuna experimental contra el ébola, cuyos resultados experimentales muestran un "alto grado de efectividad" tras haber sido probada en más de 4.000 personas en contacto con la enfermedad en Guinea Conakry.