La Dirección General de Tráfico (DGT) ha actualizado el listado de carreteras convencionales (vías secundarias) que presentan tramos "especialmente" peligrosos para la circulación y que afectan a un total de 43 provincias. En dichos puntos, Tráfico intensificará la vigilancia de manera periódica.
Según ha informado el departamento que dirige María Seguí, el nuevo listado incluye un 35 por ciento de nuevos tramos identificados como peligrosos y todos ellos se pueden consulta en la web 'dgt.es'. Además, recuerda que se trata de las vías en las que la DGT ejerce su competencia, es decir, en todo el Estado salvo el País Vasco y Cataluña.
Se trata de la primera actualización que se hace desde que a principios de julio se dieran a conocer los primeros tramos. La DGT apunta que, durante estos meses, se ha realizado un seguimiento pormenorizado de todos los accidentes de tráfico que han tenido lugar en vías secundarias.
Así, en los meses de julio, agosto y septiembre, 1 de cada 3 fallecidos en accidentes de tráfico se produjeron en tramos identificados como peligrosos. En estos hubo 86 muertos.
Los criterios para la tipificación de estos tramos son el resultado de analizar el número de accidentes graves, con víctimas mortales o heridos que necesitaron hospitalización; el número de accidentes en general y la información de la velocidad media de circulación en esos tramos.
Por este motivo, algunos de los tramos registrados en la primera publicación de los mismos continúan en esta actualización y otros son sustituidos por otros en los que la combinación de accidentalidad y exceso de velocidad está más presente.
La ubicación de los tramos se hace pública para general conocimiento de los conductores, de forma que cuando transiten por ellos extremen las medidas de precaución y sobre todo cumplan con los límites de velocidad establecidos en cada uno de ellos.
1.314 TRAMOS PELIGROSOS
En total son 1.314 tramos identificados que suponen 25.172 kilómetros de carreteras convencionales, con una longitud media de 19 kilómetros. En todos ellos se está intensificando la vigilancia con radares móviles y se está llevando a cabo el Plan Integral de Vigilancia puesto en marcha en diciembre del año pasado.
Este plan consiste en que cuando un conductor es detectado cometiendo una infracción de exceso de velocidad es parado e identificado y los agentes de la Agrupación de Tráfico también le realizarán, si lo consideran necesario, las pruebas de detección de alcohol y drogas, así como una revisión de la documentación, para comprobar que tanto el permiso para conducir, ITV y seguro del vehículo se encuentran en regla.
Como ya se anunció, los radares móviles, salvaguardando la seguridad de los agentes, no estarán ocultos para los conductores de modo que su presencia sirva como medida de disuasión y prevención, ya que la finalidad que se busca a través de la vigilancia y el control de la velocidad es que los conductores respeten los límites de velocidad establecidos. La denuncia no es, en ningún caso, el objetivo final.
Tráfico alerta de que la velocidad es uno de los "componentes fundamentales" que determina la mayor o menor incidencia en la siniestralidad vial, la gravedad y el grado de lesión de las víctimas en caso de accidente, de ahí la importancia de controlar de forma efectiva la velocidad a la que se circula, sobre todo en las vías convencionales, donde el año pasado se registraron ocho de cada diez fallecidos. En este sentido, apunta que más de 900 personas fallecieron el año pasado en este tipo de vías.