El teniente de alcaldesa de Dinamización Cultural y Patrimonio, Urbanismo y Seguridad, Francisco Camas, animó ayer a la asociación de comerciantes Acoje a asumir el coste del montaje del árbol de Navidad de la plaza del Arenal o al menos a colaborar con el coste económico de su colocación, que ronda los 20.000 euros. Camas explicó que el Gobierno local se ha visto obligado a reducir el coste del alumbrado navideño, optando por prescindir de dos elementos “muy caros”, como los árboles que se instalaban en la plaza del Arenal y Princi Jerez.
“Acoje no debe tener ninguna preocupación, porque nosotros estamos abiertos a cualquier propuesta. En muchas ciudades los comerciantes pagan el alumbrado. Aquí lo mismo podríamos hacer una contribución económica para montar ese árbol”, defendió, admitiendo en cualquier caso que a él le gustaría poner “no uno ni dos, sino tres árboles”, porque parte de la base de que “es imperioso que la ciudad mantenga su personalidad, su iluminación y lo que la ciudad requiere” en estas fechas, en lugar de “entrar en una depresion colectiva”. “Imaginaros una Navidad sin luces de colores”, añadió Camas.
De momento, quienes parecen dispuestos a asumir el coste de la instalación de su árbol son los comerciantes de la zona de Princi Jerez, a iniciativa de la asociación de vecinos Prindel y la asociación de comerciantes Acopris.
Así, ante el anuncio del Ayuntamiento de no asumir el coste del árbol, vecinos y comerciantes se han puesto ya manos a la obra para mantener lo que consideran una seña de identidad. De esta manera, y “más allá de lamentaciones infructuosas”, estas organizaciones han adoptado ya “la firme decisión de recuperar la decoración” propia de la Navidad, que incluye la colocación de un ciprés de más de 20 metros de altura en el centro de la barriada.
No será esta la única actividad que promuevan estos colectivos, que ya trabajan de cara a la organización de una atractiva campaña que incluirá actividades de ocio, sorteos de regaos o visitas de Papá Noel y los Reyes Magos, entre otras cosas. Ahora resta por saber cómo actuarán los comerciantes del centro.
