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Jerez

El cielo se abrió para las cofradías del Lunes Santo

Las hermandades jerezanas disfrutaron de una espléndida climatología

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Las cofradías lograron salvar ayer una de las jornadas a priori más comprometidas por los adversos partes meteorológicos ofrecidos en días pasados. A diferencia de lo que ocurriera el Domingo de Ramos, no hubo necesidad de acortar los itinerarios de regreso a los templos, si bien la posibilidad de que a última hora de la noche pudiera registrarse alguna precipitación hizo que las cofradías evitasen cualquier tipo de retraso.

La Hermandad de la Paz fue la encargada de abrir la jornada, apenas unos minutos antes de las cinco de la tarde, en la barriada de La Constancia. La cofradía evidenció en la calle el grado de madurez que ha alcanzado en su todavía corta trayectoria. En esta ocasión no se apreciaron novedades significativas en el cortejo, dado que el gran estreno de la hermandad tuvo lugar el pasado mes de noviembre, cuando asistió a la bendición del Cristo de la Misericordia, que un día no muy lejano acompañará en la tarde del Lunes Santo al Señor de la Paz y a la Virgen del Refugio.

El paso de misterio estuvo una vez más acompañado por la Agrupación Musical Virgen de Valme, de Dos Hermanas, en un binomio que parece ya indisoluble. Tras el palio, la Asociación Musical Álvarez Quintero, de Utrera, que ofreció un cuidado repertorio de marchas procesionales a la Virgen del Refugio. Jesús Caro y José Luis Lobato repitieron como capataces de ambos pasos.

A las cinco de la tarde partió la parroquia de Santa Ana la Hermandad de la Candelaria. No se entendería el Lunes Santo sin una de las cofradías de barrio por excelencia de la Semana Santa de Jerez. En el primer paso pudo verse al Señor de las Misericordias acompañado de todo su grupo escultórico, a diferencia de lo que ocurriera el pasado mes de diciembre, cuando fue trasladado a la Catedral para abrir el Año Jubilar. Detrás, la Virgen de la Candelaria, convertida por derecho propio en Reina de La Plata.

La Agrupación Musical de la Sentencia y la Banda Municipal de Rota acompañaron a ambos pasos, comandados por Domingo Gil y Mariano Tizón, respectivamente.

La Cena y La Viga deparan dos de los momentos culminantes del Lunes Santo. La salida de la primera de estas cofradías por el entorno de San Marcos está marcada en rojo en cualquier agenda que se precie. Ver avanzar entre naranjos al paso del Señor de la Cena es una estampa absolutamente incomparable, como no  lo es menos contemplar con la luz de esa hora ese verdadero joyero que es el palio de Santa María de la Paz. Martín Gómez comanda desde hace ya 33 años la cuadrilla del paso de misterio. Al frente del palio estuvo ayer Juan Verde, que volvía a asumir esta responsabilidad muchos años después de hacerlo por última vez. Junto a él, José Guede, que ya fue capataz de este paso. La Agrupación Musical de la Estrella de Dos Hermanas y la Banda de Música del Nazareno de Rota acompañaron a la cofradía.

La Viga, por su parte, ofrece el broche final de la jornada del Lunes Santo en su subida por el Reducto catedralicio, entre bengalas. Estamos quizá ante una de las fotografías que identifican claramente a la Semana Santa de Jerez. Miles de personas se congregaron una vez más alrededor del primer templo diocesano para disfrutar del que sin duda es un momento mágico que merece la pena ser vivido.

Por la mañana, la alcaldesa, Mamen Sánchez, entregó a la hermandad el bastón de mando, que fue colocado en el paso a las plantas del Cristo de la Viga, renovándose de este modo una singular tradición. El paso de misterio recuperó ayer el monte rocoso que simula el gólgota, que sustituyó al clásico exorno floral. La Virgen del Socorro estrenó el acompañamiento de la Banda de Música Maestro Agripino Lozano, de San Fernando. Eduardo Salazar y José Manuel Otero fueron los capataces de ambos pasos.

La Hermandad de Amor y Sacrificio se aleja del concepto de cofradía propio de la Baja Andalucía, enmarcándose en una estética castellana que, no obstante, es apreciada en un barrio tan castizo como la Plazuela. Este Lunes Santo coincidía en el tiempo con la celebración del 75 aniversario fundacional de la corporación radicada en la parroquia de Madre de Dios desde principios de la década de los setenta del siglo pasado.

El único detalle que pudo apreciarse fue el hecho de que la Virgen luciera el fajín del jesuita Antonio Víu, que fue el verdadero artífice de la creación de esta hermandad en 1941. 

La cofradía lució especialmente en el tramo final de su itinerario, ante la parroquia de San Miguel, en calle Barja, la Cruz Vieja y la calle Empedrada, pudiéndose escuchar saetas a pie de paso.
El Lunes Santo se salvó del mal tiempo a pesar de los malos augurios. Para hoy vuelve a existir riesgo de precipitaciones. Habrá que esperar a ver qué ocurre a lo largo de la tarde, cuando la posibilidad de chubascos es menor.  

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