El Ayuntamiento ha informado que Torremolinos contará con una nueva ordenanza que protegerá el paisaje urbano y con la que se pretende armonizar la estética arquitectónica del casco histórico. De esta manera, el próximo lunes 18 de abril dará comienzo la fase previa en la que los técnicos municipales iniciarán la confección de un inventario de aquellos elementos arquitectónicos o de mobiliario urbano que resulten discordantes con la estética adecuada en el centro de la ciudad.
Esta normativa, que se encuentra definiendo el Ayuntamiento, pretende unificar criterios de ornato y rehabilitación, de forma que se aplique un tratamiento homogéneo a las fachadas de los edificios, a los elementos publicitarios de los locales comerciales y al mobiliario urbano de las terrazas. Esta ordenanza será la base para “ir corrigiendo progresivamente algunas aberraciones estéticas que se han permitido en los últimos 20 años, y frenar así el menoscabo que esto ha provocado a la imagen turística de Torremolinos”, ha asegurado Maribel Tocón, primera teniente de alcalde y concejala delegada de Vía Pública.
Las áreas de Vía Pública y Disciplina Urbanística han detectado la falta de mantenimiento o conservación en las fachadas de los edificios y locales comerciales, la diversidad en tamaños, colores y formas de los elementos instalados, así como el aprovechamiento indebido de espacios públicos, por lo que esta nueva normativa regulará la ocupación de la vía pública y la legalidad urbanística, no solo para proteger y corregir el ornato de los edificios y locales, sino también para mejorar la seguridad y accesibilidad de los viandantes en los espacios públicos, buscando además una mayor eficiencia energética de las edificaciones.
Torremolinos “tiene que volver a ser una ciudad amable tanto para los turistas como para los vecinos y comerciantes, por lo que consultaremos a los agentes implicados con el objetivo de incluir sus sugerencias”, ha manifestado la primera teniente de alcalde. Así en las próximas semanas se convocará una jornada con los comerciantes de la zona para informarles sobre el proyecto.
En esta primera etapa, que abarcará las zonas aledañas a calle San Miguel y Cuesta del Tajo, el estudio plasmará el estado de los edificios en cuanto a pintura, revestimientos, antenas, aires acondicionados, cornisas, cableados tendederos, desagües o grafitis, así como los elementos instalados como rótulos, toldos o cartelería. En cuanto a la armonización de las terrazas se recabará información sobre expositores, mesas, sillas, publicidad exterior, anclajes, maceteros, estructuras o solería, entre otros. En una segunda fase el proyecto abarcará otras zonas de especial interés turístico como La Carihuela, El Bajondillo o Playamar.