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Los 38 años, la línea roja de la fertilidad femenina

La edad media en la que una mujer deja de ser fértil se sitúa en los 41 años y, a partir de los 38, la calidad de los óvulos desciende a un ritmo veloz

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  • Una embarazada

La edad media en la que una mujer deja de ser fértil se sitúa en los 41 años y, a partir de los 38, la calidad de los óvulos desciende a un ritmo veloz, de manera que cuando muchas parejas empiezan a plantearse la posibilidad de ser padres es demasiado tarde y se hace necesario acudir a la donación de óvulos.

"La mayoría de las mujeres llegan a los 40 años y piensan que pueden tener un hijo porque nadie antes les ha dicho que no, así que cuando se encuentran con que la única opción es acudir a un óvulo de donante, es un shock", relata a Efe el ginecólogo Luis Zamora, de la clínica Barcelona IVF.

La crisis económica, los cambios sociales, la incorporación de la mujer al mercado laboral han hecho que cada vez se retrase más el momento que una pareja elige para ser padres, de manera que la edad media del primer embarazo en España se sitúa en los 31 años.

Tal y como explica a Efe el presidente de la sección de Esterilidad e Infertilidad de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (Sego), Koldo Carbonero, más del 20 % de las parejas en edad fértil en España tienen problemas para lograr un embarazo, un porcentaje que se ha duplicado en los últimos 30 años, y 16.000 parejas acuden cada año a las clínicas de reproducción asistida.

"Nos encontramos con el problema de la infertilidad porque la calidad de los óvulos desciende. A los 20 es muy buena, a los 30 está bien, pero a partir de los 38 desciende enormemente y los 41, por estadística, es la edad media de esterilidad de una mujer", subraya Zamora.

Estos datos justifican que cada vez se produzcan más tratamientos de reproducción asistida -unos 80.000 al año- y que, cada vez con mayor frecuencia, se acuda a la donación de óvulos, la técnica que más ha crecido en los últimos años según Carbonero.

Según explica a Efe la vicepresidenta de la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (Asebir), María José Torrello, las mujeres "sufren un absoluto shock" cuando se enteran de que sus óvulos no son útiles porque a los 40 años "están estupendas y tienen la regla cada mes, pero la calidad de los óvulos baja con la edad".

A partir de los 37-38 años la fertilidad femenina disminuye de manera natural y baja de forma más crítica a partir de los 40, sostiene esta experta, que representa a una asociación que agrupa a la mayoría de los profesionales que desarrollan su actividad en el ámbito de la Biología de la Reproducción.

Para Zamora, la donación es una solución, "pero no la solución al problema", ya que lo ideal es que la gente pudiese buscar los hijos antes y no tener que acudir a la donación", que inicialmente supone un trauma para las parejas y requiere de un "duelo" por el hijo genético propio que no tendrán.

Según Torrello, los pacientes no suelen aceptar "alegremente" esta técnica, sino que tienden a apurar al máximo las posibilidades con los gametos propios y, hasta que toman la decisión, "igual pasan por dos o tres fracasos de técnica de reproducción convencional".

Con el tiempo, las parejas suelen aceptarlo y son conscientes de lo importante que es el que vayan a tener un embarazo y una conexión materno-fetal, que va más allá de la genética, y comprenden que ellas son las únicas madres biológicas de su hijo.

No obstante, Zamora cree que las mujeres deberían recibir más información de sus médicos y ser conscientes de los plazos que tienen para ser madres y de que la fertilidad tiene fecha de caducidad.

En la actualidad, existen opciones que permiten retrasar la maternidad. La vitrificación de los óvulos es una de ellas y facilita que mujeres que en la actualidad no tienen previsión de quedarse embarazadas, pero que no lo descartan de cara al futuro, puedan preservar sus óvulos "jóvenes" y de buena calidad.

"La vitrificación de óvulos es una técnica consolidada, pero no te garantiza un embarazo posterior", advierte Torrello.

Sin embargo, para Carbonero, ésta es una técnica recomendable para las mujeres jóvenes que no buscan ser madres inmediatamente y cree, incluso, que el futuro de la reproducción asistida pasará por la vitrificación.

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