Día de recuerdos y de historia de una hermandad que cumplió 450 años y que dejó momentos únicos en las calles de la ciudad, todo comenzaba a las 20.30 horas en la Basílica de Nuestra Señora de los Milagros donde el obispo ofició el Pontifical en acción de gracias por este 450 aniversario de la hermandad, D. José Mazuelos estuvo acompañado en el altar por D. Diego Valle, Fray Ricardo de Córdoba, D. Antonio Olmos, D. Francisco Javier Ramírez, D. Salvador Marín y D. José Manuel Arbaiza, que concelebraron la Misa junto a él.
Una Eucaristía llena de momentos, una procesión solemne que accedió al Templo por la Puerta Santa portando un Conopeo acompañado del cuerpo de ciriales de la Hermandad, con una homilía que se centró en la figura de la Soledad de la Virgen, con unas ofrendas entregadas por el futuro de la hermandad, su grupo joven, los sones del Grupo Stella Maris y una bendición apostólica llegada desde el mismo Vaticano y firmada por el Papa Francisco.
Una vez concluida la Misa comenzó a salir a salir el amplio cortejo que quiso acompañara la hermandad en esta importante celebración, abrían las hermandades de gloria seguidas de las de penitencia de la ciudad y las hermandades de la Soledad de Jerez y Puerto Real; acompañaron también representaciones militares y parte de la corporación municipal, donde de nuevo faltó la presencia del Alcalde David de la Encina delegando en Ángel Quintana. Hermanos con cirios y hermanas ataviadas de mantilla precedían a la presidencia y al paso de misterio.
Un paso en el que la Virgen de la Soledad acunaba a su Hijo al pie de la Cruz, una mirada de una madre que esta vez no era tan triste ya que ella sabía que solo dormía como aquella noche en Belén y que el túmulo sobre el que descansaba el Señor pronto luciría vacío como cada Domingo de Resurrección.
Numerosas novedades lucía la imagen de la Soledad, una nueva saya obra de David Calleja, un fajín obra de Fernando Calderón y un rostrillo.
La procesión discurrió por calles céntricas de la ciudad lucían engalanadas para la ocasión, el grupo joven realizó una alfombra de sal en la Plaza de España. Los momentos más emotivos se dieron en el Convento de la Concepción donde las hermanas cantaron ante el paso, la Plaza del Castillo donde la Coral Stella Maris interpretó el Ave María desde el balcón del Palacio de Aranibar, o en el paso por la Plaza Peral con el Ayuntamiento engalanado para la ocasión.
Una alegría para los cofrades portuenses se vivió con la recuperación de la Calle Santa María calle coqueta y muy cofrade donde la hermandad se lució camino de la recogida, con los sones de ‘Palio Blanco’, interpretada por la Banda Municipal de Barbate que fue la encargada de poner los sones a esta procesión extraordinaria, se recogían las imágenes en la Basílica después de haber dejado momentos para la historia de la Semana Santa portuense, 450 años no se cumplen todos los días.
