Mientras aún resuena el eco de San Miguel, por fin el otoño es otoño con sus primeras lluvias y el mundo anda en pie de guerra, un artista -un hombre- busca la belleza, la armonía en las cosas. Con su pintura y sus dibujos inteligentes y siempre actuales parece estar dando claves de un tiempo loco, sin identidad. Carlos Jorkareli pinta lo que piensa, y cuando escribe pinta la realidad. Para comprobarlo, basta con seguir cada semana en este mismo periódico sus artículos. Pero su actualidad es otra. Estos días ha tirado del trabajo de sus alumnos del taller de pintura que dirige para montar una nueva exposición. Hasta el 30 de octubre, seguro que no caería en saco roto pasar por el salón cultural San Miguel, en nuestra calle Corredera, para regocijarnos en un prado de belleza en medio de tanta monotonía urbana. El título de la muestra es ‘Con-trastes’...
Carlos, ¿qué es ‘Con-trastes’?
—Es el fruto del trabajo de todo un año de los alumnos del taller de pintura. En el estudio Calle 13 solemos hacer una exposición fin de curso. Se trata de eso, de visibilizar el trabajo de los alumnos.
Y comprobar su evolución...
—Trasladamos al público, al visitante y al arcense, la evolución de los alumnos, cómo han trabajado. Creo que en esta exposición se nota bien.
¿Qué han aprendido los alumnos en Calle 13?
—Hemos tocado varias técnicas, pero lo normal es que un alumno se adentre por una técnica concreta. En este caso, vemos trabajos a carboncillo, al pastel, acrílico, al óleo..., de tal manera que, individualizadamente, los alumnos van evolucionando de una técnica a otra. Es cierto que quienes llevan más tiempo en el taller han experimentado una evolución importante. Ahora mismo trabajamos con el cuerpo humano, anatomía, paisajes..., pero con texturas y calidades evolucionadas. Esa evolución es la que se aprecia en esta exposición.
Como monitor, ¿qué metodología sigues con tus alumnos?
—Para introducir la didáctica en el arte, lógicamente hay que tener una atención muy personalizada con el alumno. Saber lo que quiere, cómo es el alumno y cómo es ese mundo de sensibilidad que lleva dentro. A partir de ahí, intento arrancarle las facultades esenciales que le lleven y le inviten a la progresión del trabajo, en este caso en la pintura.
Y en esa tarea didáctica, que tiene mucho de psicológica, ¿vislumbras entre tus alumnos nuevos artistas?
—Sí. Tengo la suerte de tener algunos desde hace cinco años. Una niña, que acaba de cumplir doce años, ha experimentado una gran progresión, y de seguir ese camino podría tener un futuro muy propicio en el arte.
En este sentido, ¿es tan importante adentrarse en el arte pictórico a edad temprana?
—Desde luego, tanto en esta materia como en cualquier otra, sea la música, el teatro, etc. En su primer periodo de vida, los niños tienen un gran nivel de absorción. Y dentro de esa absorción natural, si se practica y se aprende, se llega a la edad adulta con un importante recorrido.
La Delegación de Cultura se ha prestado a la tarea expositiva cediendo este acogedor espacio del salón cultural San Miguel...
—Es un salón de la ciudad, de todos. Cultura ha colaborado tanto en el montaje como en el mantenimiento de la exposición. Es un salón muy bonito y estos días los turistas que lo han visitado se han quedado maravillados. Desde mi punto de vista, creo que le falta un toquecito respecto a las posibilidades del salón para la distribución y montaje, para que no fuera siempre uniforme sobre las paredes. No obstante, es un espacio amplio, luminoso e ideal para hacer una exposición.
Por cierto, ¿se encuentran a la venta las obras expuestas?
—Sí. He querido dar la posibilidad a los alumnos de poner a la venta sus cuadros. Si hay una persona interesada, puede adquirirlos. Además, son precios módicos. Vender una obra siempre será una satisfacción para el alumno.
¿Cómo se presenta la nueva temporada en el estudio Calle 13 y en el taller de pintura?
—Bien, pues mantengo el grupo inicial de alumnos. Algunos causan bajan pero vienen otros nuevos. Me llama la atención que haya un grupo muy consolidado que sigue las clases. Ver cómo evolucionan los alumnos siempre será para mí motivo de satisfacción.
Carlos, mucha suerte con éste y con otros proyectos artísticos.