Marroquíes Bajos (y II)

La repercusión social del documental sobre el asentamiento calcolítico (principalmente) en Marroquíes Bajos ha provocado que el alcalde de Jaén, Javier Márquez, haya encargado un estudio a los servicios técnicos de Urbanismo sobre qué queda aún de la macro-aldea y, por el momento, ha paralizado las licencias urbanísticas en la zona. Bucear en las publicaciones científicas, la mayoría de la Universidad de Jaén, es como zambullirse en la certeza de la importancia de los hallazgos y sobre todo, de los datos que se han conseguido y se podrían seguir consiguiendo, sobre la forma de vida de quienes ocuparon Jaén hace cinco milenios. Sin embargo, una vez más, esos estudios siguen presos de un halo academicista que no ha trascendido a la opinión pública y que tampoco ha luchado lo suficiente para evitar el expolio administrativo y especulativo. La planificación de la Hacienda Tributaria hace décadas en una de las parcelas de Marroquíes Bajos sacó a la luz una de las murallas y espantó el proyecto por el sobrecoste que supondría su integración. En esa misma parcela está programado el Conservatorio Superior de Música y aún no se ha dicho una palabra sobre la conservación de esta muralla. ¿O es que la intención es sepultarla?