Celia iba en el cercanías camino a clase, repasando sus apuntes. En una parada el tren se detuvo más tiempo del habitual y por megafonía preguntaron si había algún sanitario, ante lo que no dudó en asomarse. Un anciano estaba tendido en el andén al sufrir una parada cardiaca y echó a correr para reanimarlo.
"Tiré los apuntes, el móvil y la mochila", ha asegurado este miércoles la joven de 20 años, que al principio pensó que era un simple mareo, pero al ver su hemorragia de la cabeza, los labios y manos moradas y su palidez, comenzó a efectuarle una reanimación cardio-pulmonar (RCP) que le habían enseñado en su voluntariado en Cruz Roja.
"La gente se asomaba y me preguntaba cómo estaba", recuerda, a lo que contestó que "por favor llamasen a una ambulancia porque este hombre se muere", lo que relata con un nudo en la garganta. "Llamaron, se volvieron a meter en el tren y se fueron".
Celia González se quedó sola con él, algo que no entiende porque -como afirma- es "una niña", aunque curse en un instituto estudios de Laboratorio Químico y Biomédico. "Me preguntaron si era médico y dije que no, que colaboro con Cruz Roja", pero no les importó: "me dejaron sola".
Los diez primeros minutos "no sabía qué hacer, no respiraba", ni siquiera estaba segura sobre si lo hacia bien, ha confesado, aunque consiguió que el hombre, un ciudadano británico de 83 años, volviera a respirar, con lo que ella se tranquilizó, pero no cesó el masaje y esperó a la ambulancia de las emergencias del 061.
Los profesionales le pidieron que se quedara y continuara con la reanimación; la tranquilizaron. Y así hizo Celia, que logró estabilizarlo para que pudiera ser llevado a la ambulancia.
En el vehículo sanitario, una de las doctoras llamó al colegio para explicarles el motivo de la ausencia de la joven. "La doctora escribió en un papel diciendo que yo le había salvado la vida", recuerda la chica, cuya historia cuenta el diario SUR.
"Estaba preocupada", por eso por la tarde fue a visitarlo al hospital; donde explicó que no era ningún familiar, sino quien le había reanimado, y le dejaron entrar y verlo. Ahora él se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) "mejor, movía los ojos".
El paciente permanece estable, evoluciona favorablemente y se espera que a lo largo del día pase a planta.
Pase lo que pase, acabe como acabe, debe estar orgullosa porque ha hecho lo que ha podido. Eso le dijeron los médicos a la joven, que dejó su número de teléfono a la familia del anciano para que cuando mejore puedan avisarle y saber de él.
Málaga
Perdió el tren, pero salvó una vida
Celia González, una joven estudiante malagueña, bajó del Cercanías al ver tumbado en el andén a un anciano que había sufrido una parada cardíaca
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