Quim Torra ha tomado posesión como presidente de la Generalitat este jueves, con una fórmula que promete ejercer "con fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representado por el Parlament", emulando la frase de su antecesor, Carles Puigdemont, sin aludir a la Constitución, al Estatut y al Rey.
En el Salón Virgen de Montserrat del Palau con la bandera catalana, el secretario del Govern, Víctor Cullell, ha sido el encargado de leer el decreto de nombramiento, y Torra ha renunciado a colocarse la medalla de presidente que sí se habían puesto sus predecesores.
Ha asistido el presidente del Parlament, Roger Torrent, mientras que no ha acudido ningún miembro en representación del Gobierno central por considerar que el modelo del acto degrada "la dignidad de la institución".
DOS MINUTOS Y UN LAZO AMARILLO
El acto ha durado dos minutos y los únicos cargos institucionales han sido Torrent, Torra y Cullell: el resto de asistentes han sido siete familiares del presidente --su mujer, su madre y hermanos, entre otros-- con los que se ha saludado al acabar la toma de posesión.
No ha habido ni retrato del Rey ni más banderas que la catalana, y la medalla de presidente ha estado en todo momento encima de la mesa, pero Torra no se la ha puesto en ningún momento para simbolizar que defiende que pertenece a Puigdemont.
Cullell ha leído el decreto de nombramiento, aludiendo a que ha sido firmado por el Rey Felipe y "refrendado" por el Gobierno central, y después el propio Torra ha pronunciado la fórmula para prometer el cargo, cuando lo habitual era que lo hiciera el presidente del Parlament.
"SUERTE A TODOS"
Roger Torrent, situado al lado de Quim Torra, no ha tomado la palabra, y al finalizar se ha dado la mano con el presidente de la Generalitat, que le ha dicho: "Muchas gracias presidente. Suerte a todos", y después Torra ha dado la mano a Cullell.
La imagen elegida para presidir el acto ha sido un cuadro de Sant Jordi, y el salón donde se ha celebrado ha sido el mismo que eligió el presidente Artur Mas para firmar el decreto de convocatoria de la consulta del 9 de noviembre de 2014 --el decreto de convocatoria del 1-O se firmó en el Parlament--.
Torra y Torrent han lucido en la solapa de la americana el lazo amarillo, el símbolo que utiliza el soberanismo para reclamar la libertad de los presos independentistas.
PRECEDENTES
Hasta el Govern de Puigdemont, la toma de posesión del presidente había seguido un mismo esquema: el presidente del Parlament preguntaba al investido si prometía "cumplir fielmente las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat de Cataluña con fidelidad al Rey, a la Constitución, al Estatuto de Autonomía y a las instituciones nacionales de Cataluña".
Pero en la toma de posesión de Puigdemont, en enero de 2016, la entonces presidenta del Parlament, Carme Forcadell, le preguntó si prometía "cumplir lealmente las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat con fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representado por el Parlament", sin aludir al Estatut, la Constitución y el Rey.
CAMBIOS
Mientras que Torra ha imitado la fórmula de Puigdemont para asumir el cargo de presidente, el resto han sido cambios: ha sido en el salón Virgen de Montserrat y no en el de Sant Jordi; no se ha colocado la medalla de presidente y no ha habido lista de invitados.
Desde su discurso de investidura en el Parlament, Torra se ha considerado un presidente provisional a la espera de ceder el cargo cuanto antes a Puigdemont, algo que por ahora se presenta difícil por su situación judicial y por estar residiendo fuera de España.