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sociedad

Absuelven al militar que intentó matar a su mujer con alzheimer

Se investigaba si la obligó a ingerir una cantidad indeterminada de un medicamento, para después hacer creer que se trataba de un "suicidio concertado" de ambos

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  • audiencia provincial de madrid. -

La Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto al militar jubilado que intentó acabar con la vida de su mujer, que padecía alzheimer, a la que supuestamente obligó a ingerir una cantidad indeterminada de un medicamento, para después hacer creer que se trataba de un "suicidio concertado" de ambos.

En la sentencia, la Sección 27 de la Audiencia absuelve a Antonio P.R. de un delito de asesinato en grado de tentativa con agravante de parentesco, por el que el Ministerio Público pedía 14 años y 11 meses de prisión.

Los hechos ocurrieron el 3 de febrero de 2017 en el interior de la vivienda del matrimonio, que llevaba casado más de 50 años, en Madrid.

Según la Fiscalía, Antonio le obligó a ingerir una cantidad no determinada de Loracepan "con el propósito de causarle la muerte" prevaliéndose de la imposibilidad de defensa que tenía la mujer, enferma de esclerosis múltiple y alzheimer.

Y tras ello el procesado trató de crear una apariencia de "suicidio concertado", ya que había redactado una nota que decía: "Cambiamos de vida. Donde estaremos no hay enfermedades incurables ni problemas familiares. Perdonad, pero no hay otra salida".

Pero la Sala considera que "no ha resultado probado" que Antonio, ejecutando un plan preconcebido, obligara a su esposa a ingerir dichos medicamentos para matarla, ni que él mismo intentara quitarse la vida con ellos para aparentar el suicidio colectivo.

El relato de hechos probados únicamente se limita a señalar que cuando una de las hijas llegó a la casa a la mañana siguiente les halló en la cama sin reaccionar, por lo que llamó al Summa que diagnosticó "ingesta medicamentosa con intención autolítica" y les trasladó al Hospital Universitario Infanta Leonor.

Los jueces destacan la "falta de persistencia y solidez" en el relato de la mujer, "sin olvidar la relevancia de las patologías personales que pudieran repercutir en la veracidad y fiabilidad de sus manifestaciones".

Y ven clave en este procedimiento las conclusiones de las periciales, que "no aportan dato incriminador determinante de la afirmada autoría por el acusado de los hechos".

Así, subrayan el testimonio del médico del Summa que dijo que el matrimonio se encontraba inconsciente sin signos externos de violencia, que "era una ingesta autolítica ordenada" y que ambos estaban en la cama perfectamente acostados.

Todo ello lleva al tribunal a aplicar el principio in dubio, es decir, "no afirmar hecho alguno que pueda dar lugar a un pronunciamiento de culpabilidad si se abrigan dudas sobre su certeza".

En el juicio, el acusado apuntó que la idea del suicidio partió de su mujer, meses antes de los hechos porque "no quería seguir viviendo de ese modo", por lo que él asumió su voluntad y ambos decidieron "abandonar este mundo para siempre".

Siendo ambos "conscientes de lo que hacían", tomaron cada uno con la ayuda de agua dos cajas de pastillas y redactaron la nota para despedirse, firmada por ambos.

"Mi mujer me decía que pusiese en la nota que se quería morir y que quería que la quemasen. Después de tomar las pastillas, nos dimos un beso y me dijo: 'Lo que Dios ha unido que no lo desuna", relató.

No obstante, sus hijas negaron tal versión y dijeron que él quiso matarla después de años de "violencia física y psicológica" por parte de su padre y que, en concreto, su madre, vivía en una situación de sumisión completa hacia su padre.

La víctima, que se encuentra en una residencia de ancianos y no declaró debido a su estado de salud, según han relatado sus hijas, les dijo que tras su recuperación en el hospital que en ningún momento quiso suicidarse ni se lo manifestó con anterioridad a su marido. 

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