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Las organizaciones de salud piden fruta en las máquinas expendedoras

Los colegios deben ser un ambiente seguro y, en consecuencia, suprimir toda la clase de alimentación que vaya en el sentido de la obesidad y no al contrario

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  • Alimentación en niños.
  • La Sociedad Española de Epidemiología se ha propuesto cambiar los productos que ofrecen estos aparatos
  • Las máquinas expendedoras son un claro reflejo de la estructura social de la inmediatez y la comodidad

Llevar una dieta sana y equilibrada durante nuestro día a día es algo fundamental. Es uno de los pilares básicos en nuestra salud, tanto física como mental, por lo que se espera que los hábitos de la sociedad giren en torno a esto.

No obstante, la comida basura está al alcance de todos a un precio muy reducido, facilitando así unas tendencias nocivas que pueden dañar nuestro organismo de manera irreversible.

Con la fuerza de las redes sociales y el aumento de las tendencias del cuidado de del bienestar, es crucial apostar por un estilo de vida saludable y generar impulsos positivos en la sociedad.

Las máquinas expendedoras, todo a nuestro alcance

Con el aumento de la oferta durante las últimas décadas en cualquier tipo de sector, era de esperar que la comida estuviera a nuestro alcance ahora más que nunca.

Sin embargo, por mucho que esto pueda significar una clara ventaja en el pragmatismo diario, la realidad es que las máquinas expendedoras no siempre ofrecen los mejores servicios de alimentación. Algo que las agrupaciones de salud están tratando de cambiar en cada paso que dan.

La Sociedad Española de Epidemiología se ha propuesto cambiar los productos que ofrecen estos aparatos. El planteamiento se basa en generar hábitos saludables por medio de una mejora en la oferta.
En el caso de los lugares de niños, como los colegios, buscan alcanzar el 100% de productos sanos.

Mientras que, por otro lado, en los lugares a pie de calle para el resto de las personas, proponen un mínimo del 50%.

La obesidad es un problema social que sigue en aumento. Comienza entre los más pequeños y es un riesgo que debemos asumir y actuar en consecuencia. La infancia es la fase más importante en la vida de toda persona: aprendemos a movernos por el mundo y nuestro cerebro se desarrolla de manera plena.

Los colegios deben ser un ambiente seguro y, en consecuencia, suprimir toda la clase de alimentación que vaya en el sentido de la obesidad y no al contrario, facilitando el acceso a alimentos nocivos. Será la mejor manera de actuar de cara a un futuro mejor.

Bien es cierto que la alimentación poco saludable normalmente es más atractiva. La bollería, refrescos o snacks son productos que pueden satisfacer nuestros antojos y no deberían desaparecer de manera absoluta. Pero, tal y como pide esta sociedad, sí reducirse. Están en el último escalón de la pirámide alimenticia y eso debe mantenerse así.

Las máquinas expendedoras son un claro reflejo de la estructura social de la inmediatez y la comodidad. Sin embargo, esto no tiene por qué implicar algo negativo y es responsabilidad de las personas que establecen las leyes asegurarse que sea así.

¿Qué alimentos puede ofrecer una máquina expendedora?

Actualmente, el abanico de posibilidades que ofrecen estos aparatos es casi ilimitado. Existen puestos de alta tecnología en las calles de las grandes ciudades que ponen a nuestra disposición desde refrescos hasta incluso hamburguesas. No hay prácticamente límites en sus posibilidades de oferta y mucho menos en cuestión de ofertar vasos y recipientes con frutas.

Para entender la importancia que el consumo de frutos tiene en la salud de nuestro organismo, pongamos el ejemplo del envejecimiento.

Nuestras células se oxidan y tal y como indican las investigaciones de eSalud, “es posible ralentizar la oxidación celular al mantener una cantidad adecuada de antioxidantes”.

Hay muchos productos que contienen estos beneficios. Los antioxidantes los encontramos de forma natural en el cuerpo, pero requieren de una ayuda externa y la mejor fuente para encontrarlos es la fruta.

Kiwis, naranjas, plátanos, limones… Todos estos alimentos son susceptibles de estar presentes en todas y cada una de las máquinas expendedoras y es una lástima que no podamos acceder a ellos de la misma manera que lo hacemos a una bolsa de patatas fritas.

Las frutas son una fuente inagotable de vitaminas. Todas y cada una de ellas tienen una función específica que ayuda a nuestro organismo a mantenerse sano y activo.
La Vitamina A forma parte del crecimiento de los huesos y la encontramos en productos como el albaricoque. Este es un simple ejemplo de los muchos otros que existen y que debemos implementar en nuestro día a día.

Son alimentos realmente sencillos de introducir en las máquinas expendedoras, bien en unidades o en vasos de fruta ya precortada. Si las organizaciones del país logran su objetivo y se introduce esta ley, la sociedad poco a poco adquirirá los hábitos saludables que tanto necesitamos, creciendo así de manera individual y como sociedad.

¿Cuál es el panorama actual?

A pesar de no existir un cambio radical en la legislatura estatal, poco a poco estas leyes se van aplicando a la sociedad. Es una necesidad que está tomando fuerza de manera paulatina no sólo en España, sino también en otros países europeos y parece que no dejará de crecer en los años venideros.

La actual ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición prohíbe que se pongan en venta alimentos altos en grasas saturadas y azúcares en las escuelas de primaria y, por supuesto, en las infantiles.

Sin embargo, todavía no se ha terminado de desarrollar esta legislación y llevan siete años en proceso. Esta es la razón por la que las organizaciones de salud están haciendo más presión que nunca para lograr sus objetivos.

En cuanto a las provincias, únicamente Valencia, Murcia y Navarra han imposibilitado la venta de refrescos y comidas no saludables en las escuelas y centros sanitarios. El resto de comunidades sigue dejando su espacio a este tipo de alimentos que tanto daño están haciendo a la infancia en la sociedad mundial.

El exceso de peso, tal y como apuntan los expertos del sector, afecta a 1 de cada 3 niños. Esto no solo trae severas consecuencias en su salud física, sino que también puede acarrear problemas psicológicos que afecten directamente a su crecimiento emocional.

 Es fundamental que se avance en la dirección correcta y se ayude a aquellos que, por edad, todavía están indefensos.

Sin embargo, los expertos también apuntan que esta no sería la forma definitiva de acabar con la obesidad. Existen muchos otros focos que incitan a la alimentación no saludable; pero, desde luego sería una buena manera de dar los primeros pasos.

Las máquinas expendedoras, tanto en colegios como a pie de calle, pueden convertirse en un peligro y es necesario que el resto de las comunidades autónomas del país apuesten por este tipo de leyes sociales.

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