El kamikaze que se cobró el pasado domingo la vida de un joven de 20 años en la M-50 se mostró "abatido" y "arrepentido" durante su declaración ante el juez de Instrucción número 13 de Madrid, ante quien defendió ayer que lo sucedido no se trató de "una acción intencionada sino de una imprudencia".
"Está muy afectado tanto él como toda su familia", han señalado a Europa Press fuentes del entorno de Kevin C.B., quien ha dormido esta noche en un prisión madrileña. Se está a la espera de que el juez de Coslada que investiga lo sucedido aquella noche ratifiqué o no el ingreso en prisión.
El juez de Plaza de Castilla ordenó ayer su ingreso en prisión comunicada sin fianza y le imputa un delito de homicidio doloso, otro por superar la tasa de alcoholemia y un tercero por conducción temeraria.
Kevin C.B. compareció ante el instructor tras estar varios días ingresado en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid y ser detenido por orden de un juez de Coslada. Fuentes de la investigación confirmaron a Europa Press que dio positivo en alcoholemia.
El acusado defiende que no incurrió en un homicidio doloso por dolo eventual, que se aplica cuando el sujeto tiene presente que la acción que está realizando puede ocasionar la muerte a alguien y, pese a ello, no hace nada por evitarlo; en este caso la conducción en dirección contraria.
El siniestro se produjo a las 6.39 de este domingo en el kilómetro 25 de dicha carretera de circunvalación, en el límite municipal entre Madrid y Coslada. En ese momento, el vehículo 'kamikaze' chocó frontalmente contra el otro, indicaron a Europa Press fuentes de Emergencias Madrid.
Los Bomberos de la Comunidad de Madrid tuvieron que rescatar el cuerpo del fallecido, de 35 años, único ocupante del vehículo, que había quedado atrapado en su interior.
El conductor kamikaze, identificado como un joven de 24 años, sufrió un traumatismo ortopédico en el brazo y, tras ser estabilizado en el lugar de los hechos, fue evacuado hasta el Hospital Gregorio Marañón de la capital.