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Provincia de Cádiz

Las plantas de reciclaje gaditanas entran en colapso

Los conflictos laborales, el caos económico y el alto rechazo, con la acumulación de envases, pone en el punto de mira a Las Calandrias y Miramundo

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  • El cúmulo de envases sin reciclar en Las Calandrias por falta de plantilla. -

Los conflictos laborales, las facturas y las deudas se acumulan en el historial de Las Calandrias. Como los envases sin reciclar. Ocho metros mide la pared de residuos que, además de amenazar la seguridad de los trabajadores, evidencia el fracaso de un sistema de reciclaje por el que los ciudadanos pagan. No sólo es cuestión de respeto por el medio ambiente. Es una cuestión económica y política: pagamos por un servicio que es deficiente.

Lo denuncian los trabajadores. Hace tres años se contaban unos 120 empleados. Hoy no hay más de 80, según el secretario comarcal de CCOO, Rafael Tejada. Lamenta el cierre de la línea de tarde de recuperación pero, advierte, tampoco se recicla más y mejor cuando la cinta funciona porque solo hay cuatro personas y lo idóneo es que haya nueve operarios. En la planta de reciclaje y compostaje que explota la UTE Sufi-Verinsur vierten sus residuos sólo cuatro municipios: Jerez, Arcos, El Puerto y Rota. Y gracias. La situación podría ser peor. A estas instalaciones tendrían que llegar los residuos de las plantas de transferencia de Bornos, Olvera, Sanlúcar y Ubrique. Sin embargo, se envían a Miramundo, otra planta polémica que también está en el punto de mira y que está sobrecargada, reduciendo su vida útil.

De acuerdo a la memoria de tesorería de 2018 del Consorcio para la gestión de los residuos sólidos urbanos de la provincia de Cádiz, “el nivel de rechazo de los residuos al vertedero en la planta de Miramundo es muy superior al previsto, superando el rechazo real el 91% de la previsión establecida entre los años 2007 a 2014”. Y concluye con una sentencia preocupante: “Ello provoca la presencia de lixiviados y el incumplimiento de la normativa vigente”. En Las Calandrias, los envases que se acumulan también acabarán en el hoyo. La UTE Sufi-Verinsur tiene contrato hasta el año 2023, pero no ha cumplido, denuncia Tejada, con los acuerdos previstos de inversión. El lío económico en el Consorcio es aún mayor, incapaz de implantar una nueva tasa y sin saldar la deuda con varios ayuntamientos. Lo único claro es que se recicla poco justo donde tiene que reciclarse. 

Multas millonarias 

La CNMV sancionó a 39 contratistas públicos y tres asociaciones del sector, entre ellas Verinsur, en 2015 por prácticas restrictivas de la competencia. La Audiencia Nacional anuló las multas de 98,2 millones por un defecto de forma y la CNMV volvió a incoar expediente en mayo de 2018. 

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