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Huelva

Los sedimentos de la marisma, una "barrera" frente a los contaminantes de los fosfoyesos

Investigadores de la UHU consideran que estos resultados tienen "una enorme relevancia" en el diseño del proyecto de restauración de las balsas de Huelva

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  • Balsas de fosfoyesos. -

Los sedimentos de la marisma de Huelva actúan como "una barrera" frente a los contaminantes presentes en los fosfoyesos apilados en balsas en buena parte de la misma, según una investigación del Departamento de Física Aplicada de la Universidad de Huelva.

La investigación, que forma parte de la tesis doctoral realizada por José Luis Guerrero y dirigida por los catedráticos Juan Pedro Bolívar y Manuel Olías, ha tenido como objetivo evaluar el impacto producido por esas balsas de fosfoyesos en el entorno del estuario del río Tinto.

Estos residuos, fruto de la actividad de las cinco plantas de ácido fosfórico incluidas en el complejo químico industrial de Huelva generaron entre 1968 hasta finales del 2010, se dispusieron directamente sobre el sedimento sin ningún tipo de aislamiento, y actualmente se encuentran en gran parte de su extensión sin ningún tipo de capa de cobertura, estando expuestas a los agentes externos.

La investigación se ha centrado en el impacto que los fosfoyesos han producido en los sedimentos de marisma subyacentes y las aguas de la ría del Tinto.

Para ello se tomaron muestras sedimentarias de diferentes profundidades, seleccionadas de siete testigos recogidos en diversas ubicaciones de las balsas, de las cuales se analizaron los principales elementos contaminantes y radionucleidos naturales.

Por otro lado, durante un año se recolectaron de forma mensual muestras de agua de los ríos Odiel y Tinto y sus respectivos estuarios y se determinó la concentración de actividad de isótopos U y Th y 210Po.

Los resultados de la investigación han evidenciado que los sedimentos de marisma actúan como una "barrera" para los contaminantes procedentes de las balsas de fosfoyesos y la infiltración de los lixiviados es "muy limitada", alcanzando una profundidad máxima de unos 50 centímetro.

La contaminación por 230Th, 226Ra y 210Pb se restringe principalmente a los primeros 20 centímetros de sedimentos debido a procesos de mezcla, mientras que los isótopos de U alcanzan profundidades algo mayores (hasta unos 50 centímetros) en relación con procesos de lixiviación debido a su menor reactividad y mayor concentración en los lixiviados.

Los investigadores consideran que estos resultados tienen "una enorme relevancia" en el diseño del proyecto de restauración de las balsas, y concretamente para el nuevo canal perimetral que se proyecta construir, sugiriendo que este debe alcanzar como mínimo un metro de profundidad por debajo de la base de las balsas, para asegurar la recolección completa de los lixiviados y evitar su liberación en el estuario del río Tinto. 

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