?Decían en su casa que iban al corte y venían a aprender a leer y escribir?
?algunas chicas fue en este centro donde escucharon por primera vez que valían y luego han sacado títulos?.
?fueron valientes aquellas primeras mujeres que vinieron porque entonces no las dejaban venir?
?El Centro de educación permanente de adultos está considerado como un medio, que es lo que tiene que ser?
La idea que se ha tenido de un centro de educación permanente de adultos se remonta a sus primeros tiempos y todavía perdura la de un colegio para mayores llamado a disminuir el número de personas que no sabían leer ni escribir. Con el paso de los años todo ha cambiado y el Centro de Educación de Adultos María Zambrano de San Fernando es un enjambre de actividades diseñadas para que jóvenes y mayores encuentren respuestas a sus demandas. Literalmente, una enseñanza a la carta.
—Un cuarto de siglo de educación permanente de adultos en San Fernando.
—El año pasado fue cuando celebramos los 25 años del centro, aunque en realidad hace 26 años de la educación permanente de adultos en Andalucía y en San Fernando se inició con dos profesoras, Pepa y Mari Cruz, que comenzaron en Gallineras, en dos locales que cedió la parroquia hace un cuarto de siglo. Esos fueron los comienzos reales en la ciudad. Ellas estaban contratadas por el Ayuntamiento y prácticamente enseguida llegó personal funcionario de la Junta. Se forma un primer núcleo de cinco o seis docentes y a partir de ahí hemos hizo evolucionando a lo que hay hoy como educación permanente en el centro María Zambrano de San Fernando, que cuenta con 16 docentes y dos edificios, el de la Casa Colorá y el de calle San Bruno.
—-¿Qué ha cambiado en estos 26 años? Sobre todo teniendo en cuenta que a la gente de la primera época le costaba mucho dar el paso que era como reconocer que no sabía.
—Ha cambiado todo, excepto algunos docentes que siguen aquí. El dar el primer paso, llegar al Centro de Adultos y reconocer que no sé, porque eso era antes el Centro de Adultos, reconocer que tenías una carencia, habida cuenta de que estaba ligado casi solamente a la alfabetización, aunque desde el comienzo se ha dado titulación, como el Graduado Escolar. Pero en un primer momento era reconocer que tenías una carencia, la de que te faltaba el título o la más grave, de que no sabías leer y escribir que en aquel momento era una losa importante. Cuando las personas, que generalmente eran mujeres, superaban ese paso, era un éxito porque habían superado el primer problema. Eso se ha ido superando y el Centro de Educación Permanente está considerado como un medio, que es lo que tiene que ser, una herramienta para ayudarnos a desenvolvernos en aquellas limitaciones, porque hoy se reconoce que cualquier persona tiene carencias, todos tenemos carencias y todos tenemos que estar continuamente actualizándonos. Entonces el centro lo que pretende ser es una ayuda para esa actualización.
—¿Qué es lo que se demanda hoy en día?
—Conseguir la titulación de Secundaria, tener unos conocimientos básico y mínimos en informática, conseguir un conocimiento básico en idiomas que te ayude luego a poder irte a la Escuela de Idiomas con más seguridad… es decir, estamos un poco supliendo esas carencias generales. Yo creo que ya hoy todos tenemos que reconocer que no sabemos.
—Me supongo que las primeras personas, tanto los primeros profesores como las primeras que vencieron ese miedo al rechazo de la sociedad por no saber, se merecen a estas alturas un homenaje por el camino que abrieron, por servir como espejo al resto de la ciudadanía…
—Estoy convencida. Fue de una gran valentía porque estamos hablando de unos tiempos en los que a muchas mujeres no las dejaban venir. Era un problema. Hoy esas cosas están superadas pero hemos tenido anécdotas, por llamarlas de alguna forma, de mujeres que salían con los avíos del corte y les decían a los maridos que iban al corte y se venían al centro. Y hay una cosa que existía hace veinticinco años y hasta hace poco ha estado ahí, y es la sensación de dominar a una persona que no sabe. Y vencer eso ha sido un triunfo de muchísimas mujeres, no sólo hablando de analfabetismo, sino de chicas estupendas, valiosísimas, a las que tú le decías que lo estaban haciendo bien y no creérselo porque nunca nadie les había dicho que algo que hubieran hecho estaba bien. Luego me las he encontrado y han sacado otros títulos y están trabajando, pero el primer sitio donde les dijeron tú vales, o tú puedes, fue aquí.
—A partir de ahí la enseñanza de adultos ha evolucionado hacia las necesidades reales y particulares de cada alumno. Quizá algo que no conoce la gente que puede seguir pensando que el centro de educación de adultos es para las personas que no saben leer ni escribir…
—El año pasado tuvimos una demanda enorme, que no pudimos cubrir, de informática, porque ahora la informática es fundamental, y aquí nos estamos peleando continuamente profesores y alumnos por entrar en el aula de informática y utilizar los ordenadores porque hoy es una necesidad básica. Además hemos descubierto que es buenísimo también para las mujeres mayores porque se puede ampliar la letra… por las muchas posibilidades que tiene dentro de lo que es la docencia y el aprendizaje. La Secundaria también es una necesidad, no solamente para los chicos jóvenes que no la sacaron en su momento, sino para cualquier persona que ha estado trabajando hasta ahora y le piden que se actualice… Son necesidades urgentes y nos convendría que la gente se enterase de que hoy en día aquí se hacen muchas cosas importantes más allá de lo que es la propia alfabetización. Independientemente de que sigue siendo importantísimo acabar con ese analfabetismo residual que pueda quedar.
—Alguna persona que esté haciendo unas oposiciones a algo, ¿puede venir aquí o tiene que ir a otros centros como academias…?
—Si son unas oposiciones muy específicas tiene que ir a una academia. Pero sí es cierto que hacer el Graduado Escolar o la prueba de acceso a la Universidad para mayores de 25 años, que eso sí lo hacemos aquí, a muchas personas les da puntos para muchas oposiciones. Y vienen muchos que van a opositar a sacar el acceso a la Universidad. Además, la Universidad ha ampliado el espectro y ahora es para mayores de 25, de 40 y de 45 años, cada uno tiene su examen diferente y sus pruebas diferentes.
—Uno de los factores más importantes de este centro es que aquí la enseñanza es prácticamente a la carta, según las necesidades de cada uno.
—La flexibilidad está garantizada porque de esa flexibilidad depende el éxito de la persona. Si una persona llega y se le pone en un nivel determinado y se ve que ese nivel es elevado o es bajo, durante el curso se van haciendo cambios y se va adaptando a la gente. Hacemos cambios también para conciliar en lo posible la vida académica con la vida laboral de las personas porque viene muchísima gente que está trabajando. En ese sentido creo que hemos hecho casi todos los encajes de bolillo que se pueden hacer.
—Teniendo en cuenta el número de alumnos y los encajes de bolillos que tienen que hacer, supongo que a los profesores lo del convenio colectivo les sonará a chino. Lo digo porque tendrán que superar todos los máximos de sus condiciones laborales para cumplir con todas las necesidades del centro.
—Esto es una opinión absolutamente personal, pero para ser docente hace falta vocación y en este centro hay muchísima vocación, si no hay cosas que no saldrían para adelante. De hecho, ahora mismo somos el centro más grande de toda Andalucía. Tenemos dieciséis docentes que comparándolo con un instituto son pocos, porque en un instituto puede haber unos cien, y atendemos a un alumnado de unos mil alumnos, que es un número considerable. Y es verdad, se hacen muchas cosas, pero se cuenta con un profesorado animado y estimulado, aunque también es cierto que el propio alumnado nos motiva. Cuando vas viendo que la gente avanza, que está contenta, que consigue progresar, sientes que lo que estás haciendo también merece la pena. Entonces dices, pues bueno, un poquito más, tampoco es tan grave…
—Pero mil alumnos para dieciséis docentes… ¿dónde se queda la ratio de los veinticinco alumnos por aula?
—Hay profesores que tienen cuatro grupos, cinco, seis… Pero de todas formas hay muchas demandas a la Administración por parte de los docentes, porque decimos que tenemos los inconvenientes de la Primaria y la Secundaria pero no las ventajas de la Primaria y la Secundaria. Es cierto que somos una enseñanza peculiar, diferente, que para nada somos como la Primaria o la Secundaria, pero el sistema nos engloba como funcionarios con las mismas obligaciones que creo que sólo hacemos hoy en día nosotros, tal y como está el patio.
—-¿Y cuáles son los proyectos innovadores?
—Tenemos proyectos con varios centros de San Fernando, el IES Las Salinas, el Arquitecto Leoz, Ardila y Manuel de Falla. Hemos terminado ahora pero hemos estado cuatro años que nos han llevado a hacer actividades conjuntas de nuestro alumnado con los alumnados de esos centros tanto de los institutos como de los de Primaria.
—En este caso con todo lo que implica de interrelación generacional…
—Exacto. Ha sido muy interesante y lo han dicho las mujeres nuestras. Uno de los años hubo una convivencia en el Cerro y nuestras alumnas prepararon actividades y juegos tradicionales para los chicos… y fue muy interesante. También tenemos un proyecto para personas que quieran participar en algo de voluntariado, que estén interesadas en participar en una ONG. Este año se está participando con Pro Derechos Humanos, pero dentro de todo lo que lleva a cabo esa ONG, el grupo de alumnas de este centro escogió el proyecto 100% Mamás, de Tánger, una ONG que está intentando ayudar a mujeres solteras con hijos que en Marruecos están totalmente marginadas. Y también tenemos el programa Creando empresas, para fomentar el autoempleo. No quiere decir que aquí se forme la empresa, sino que cuando la persona salga de aquí, si ella quiere, pueda tener los medios, los recursos y las habilidades para poder intentarlo. Ahora mismo las alumnas están confeccionando trajes de gitana, a ver si se puede montar una cooperativa. Se hace todo como si fuera una empresa, con todos los problemas de recursos humanos, económicos, dirección… pero sin dar el paso definitivo.
El centro se está muriendo de éxito por falta de espacio
El gran problema del Centro de Educación de Adultos ‘María Zambrano’ es la falta de espacio. Fue un buen centro cuando en 1990 el Ayuntamiento lo puso a disposición y ha prestado muy buenos servicios durante muchísimo tiempo, pero ahora mismo no es cómodo para el alumnado en general, ni para las mujeres mayores ni para los jóvenes y a veces es complicadísimo organizarse, en quién viene, a qué hora…”Hay carencias importantes como un lugar para poder reunirnos, y hasta la Casa de la Cultura, con 160 plazas, se nos queda pequeña, así que tenemos que gastar dinero en alquilar un salón de los colegios concertados”.
El Ayuntamiento les ha presentado un proyecto, por primera vez en planos, pero sigue siendo insuficiente. “Agradecemos la buena voluntad pero aun en el caso de que pudiera salir adelante, es un proyecto a muy largo plazo porque estamos pendientes del PGOU, habría que derribar lo que hay ahora mismo en ese terreno municipal y sin olvidar que es pequeño. Porque dentro de todo lo mal que pueda estar en este local que tenemos ahora, son 400 metros cuadrados, por lo que no podemos irnos a otro que no puede cubrir las necesidades reales que tenemos. La idea es que Esisa construiría un bloque de pisos y el bajo sería para el centro de adultos. Han quedado en decirnos si era posible ampliar la superficie; si no habría que buscar otro lugar”.
La responsabilidad en lo que se refiere a la construcción de centros es del Ayuntamiento. El convenio establece que la Junta dota a los centros de infraestructrura y profesorado pero no construye edificios, de forma que no hay más opción que la de esperar.
—Un cuarto de siglo de educación permanente de adultos en San Fernando.
—El año pasado fue cuando celebramos los 25 años del centro, aunque en realidad hace 26 años de la educación permanente de adultos en Andalucía y en San Fernando se inició con dos profesoras, Pepa y Mari Cruz, que comenzaron en Gallineras, en dos locales que cedió la parroquia hace un cuarto de siglo. Esos fueron los comienzos reales en la ciudad. Ellas estaban contratadas por el Ayuntamiento y prácticamente enseguida llegó personal funcionario de la Junta. Se forma un primer núcleo de cinco o seis docentes y a partir de ahí hemos hizo evolucionando a lo que hay hoy como educación permanente en el centro María Zambrano de San Fernando, que cuenta con 16 docentes y dos edificios, el de la Casa Colorá y el de calle San Bruno.
—-¿Qué ha cambiado en estos 26 años? Sobre todo teniendo en cuenta que a la gente de la primera época le costaba mucho dar el paso que era como reconocer que no sabía.
—Ha cambiado todo, excepto algunos docentes que siguen aquí. El dar el primer paso, llegar al Centro de Adultos y reconocer que no sé, porque eso era antes el Centro de Adultos, reconocer que tenías una carencia, habida cuenta de que estaba ligado casi solamente a la alfabetización, aunque desde el comienzo se ha dado titulación, como el Graduado Escolar. Pero en un primer momento era reconocer que tenías una carencia, la de que te faltaba el título o la más grave, de que no sabías leer y escribir que en aquel momento era una losa importante. Cuando las personas, que generalmente eran mujeres, superaban ese paso, era un éxito porque habían superado el primer problema. Eso se ha ido superando y el Centro de Educación Permanente está considerado como un medio, que es lo que tiene que ser, una herramienta para ayudarnos a desenvolvernos en aquellas limitaciones, porque hoy se reconoce que cualquier persona tiene carencias, todos tenemos carencias y todos tenemos que estar continuamente actualizándonos. Entonces el centro lo que pretende ser es una ayuda para esa actualización.
—¿Qué es lo que se demanda hoy en día?
—Conseguir la titulación de Secundaria, tener unos conocimientos básico y mínimos en informática, conseguir un conocimiento básico en idiomas que te ayude luego a poder irte a la Escuela de Idiomas con más seguridad… es decir, estamos un poco supliendo esas carencias generales. Yo creo que ya hoy todos tenemos que reconocer que no sabemos.
—Me supongo que las primeras personas, tanto los primeros profesores como las primeras que vencieron ese miedo al rechazo de la sociedad por no saber, se merecen a estas alturas un homenaje por el camino que abrieron, por servir como espejo al resto de la ciudadanía…
—Estoy convencida. Fue de una gran valentía porque estamos hablando de unos tiempos en los que a muchas mujeres no las dejaban venir. Era un problema. Hoy esas cosas están superadas pero hemos tenido anécdotas, por llamarlas de alguna forma, de mujeres que salían con los avíos del corte y les decían a los maridos que iban al corte y se venían al centro. Y hay una cosa que existía hace veinticinco años y hasta hace poco ha estado ahí, y es la sensación de dominar a una persona que no sabe. Y vencer eso ha sido un triunfo de muchísimas mujeres, no sólo hablando de analfabetismo, sino de chicas estupendas, valiosísimas, a las que tú le decías que lo estaban haciendo bien y no creérselo porque nunca nadie les había dicho que algo que hubieran hecho estaba bien. Luego me las he encontrado y han sacado otros títulos y están trabajando, pero el primer sitio donde les dijeron tú vales, o tú puedes, fue aquí.
—A partir de ahí la enseñanza de adultos ha evolucionado hacia las necesidades reales y particulares de cada alumno. Quizá algo que no conoce la gente que puede seguir pensando que el centro de educación de adultos es para las personas que no saben leer ni escribir…
—El año pasado tuvimos una demanda enorme, que no pudimos cubrir, de informática, porque ahora la informática es fundamental, y aquí nos estamos peleando continuamente profesores y alumnos por entrar en el aula de informática y utilizar los ordenadores porque hoy es una necesidad básica. Además hemos descubierto que es buenísimo también para las mujeres mayores porque se puede ampliar la letra… por las muchas posibilidades que tiene dentro de lo que es la docencia y el aprendizaje. La Secundaria también es una necesidad, no solamente para los chicos jóvenes que no la sacaron en su momento, sino para cualquier persona que ha estado trabajando hasta ahora y le piden que se actualice… Son necesidades urgentes y nos convendría que la gente se enterase de que hoy en día aquí se hacen muchas cosas importantes más allá de lo que es la propia alfabetización. Independientemente de que sigue siendo importantísimo acabar con ese analfabetismo residual que pueda quedar.
—Alguna persona que esté haciendo unas oposiciones a algo, ¿puede venir aquí o tiene que ir a otros centros como academias…?
—Si son unas oposiciones muy específicas tiene que ir a una academia. Pero sí es cierto que hacer el Graduado Escolar o la prueba de acceso a la Universidad para mayores de 25 años, que eso sí lo hacemos aquí, a muchas personas les da puntos para muchas oposiciones. Y vienen muchos que van a opositar a sacar el acceso a la Universidad. Además, la Universidad ha ampliado el espectro y ahora es para mayores de 25, de 40 y de 45 años, cada uno tiene su examen diferente y sus pruebas diferentes.
—Uno de los factores más importantes de este centro es que aquí la enseñanza es prácticamente a la carta, según las necesidades de cada uno.
—La flexibilidad está garantizada porque de esa flexibilidad depende el éxito de la persona. Si una persona llega y se le pone en un nivel determinado y se ve que ese nivel es elevado o es bajo, durante el curso se van haciendo cambios y se va adaptando a la gente. Hacemos cambios también para conciliar en lo posible la vida académica con la vida laboral de las personas porque viene muchísima gente que está trabajando. En ese sentido creo que hemos hecho casi todos los encajes de bolillo que se pueden hacer.
—Teniendo en cuenta el número de alumnos y los encajes de bolillos que tienen que hacer, supongo que a los profesores lo del convenio colectivo les sonará a chino. Lo digo porque tendrán que superar todos los máximos de sus condiciones laborales para cumplir con todas las necesidades del centro.
—Esto es una opinión absolutamente personal, pero para ser docente hace falta vocación y en este centro hay muchísima vocación, si no hay cosas que no saldrían para adelante. De hecho, ahora mismo somos el centro más grande de toda Andalucía. Tenemos dieciséis docentes que comparándolo con un instituto son pocos, porque en un instituto puede haber unos cien, y atendemos a un alumnado de unos mil alumnos, que es un número considerable. Y es verdad, se hacen muchas cosas, pero se cuenta con un profesorado animado y estimulado, aunque también es cierto que el propio alumnado nos motiva. Cuando vas viendo que la gente avanza, que está contenta, que consigue progresar, sientes que lo que estás haciendo también merece la pena. Entonces dices, pues bueno, un poquito más, tampoco es tan grave…
—Pero mil alumnos para dieciséis docentes… ¿dónde se queda la ratio de los veinticinco alumnos por aula?
—Hay profesores que tienen cuatro grupos, cinco, seis… Pero de todas formas hay muchas demandas a la Administración por parte de los docentes, porque decimos que tenemos los inconvenientes de la Primaria y la Secundaria pero no las ventajas de la Primaria y la Secundaria. Es cierto que somos una enseñanza peculiar, diferente, que para nada somos como la Primaria o la Secundaria, pero el sistema nos engloba como funcionarios con las mismas obligaciones que creo que sólo hacemos hoy en día nosotros, tal y como está el patio.
—-¿Y cuáles son los proyectos innovadores?
—Tenemos proyectos con varios centros de San Fernando, el IES Las Salinas, el Arquitecto Leoz, Ardila y Manuel de Falla. Hemos terminado ahora pero hemos estado cuatro años que nos han llevado a hacer actividades conjuntas de nuestro alumnado con los alumnados de esos centros tanto de los institutos como de los de Primaria.
—En este caso con todo lo que implica de interrelación generacional…
—Exacto. Ha sido muy interesante y lo han dicho las mujeres nuestras. Uno de los años hubo una convivencia en el Cerro y nuestras alumnas prepararon actividades y juegos tradicionales para los chicos… y fue muy interesante. También tenemos un proyecto para personas que quieran participar en algo de voluntariado, que estén interesadas en participar en una ONG. Este año se está participando con Pro Derechos Humanos, pero dentro de todo lo que lleva a cabo esa ONG, el grupo de alumnas de este centro escogió el proyecto 100% Mamás, de Tánger, una ONG que está intentando ayudar a mujeres solteras con hijos que en Marruecos están totalmente marginadas. Y también tenemos el programa Creando empresas, para fomentar el autoempleo. No quiere decir que aquí se forme la empresa, sino que cuando la persona salga de aquí, si ella quiere, pueda tener los medios, los recursos y las habilidades para poder intentarlo. Ahora mismo las alumnas están confeccionando trajes de gitana, a ver si se puede montar una cooperativa. Se hace todo como si fuera una empresa, con todos los problemas de recursos humanos, económicos, dirección… pero sin dar el paso definitivo.
El centro se está muriendo de éxito por falta de espacio
El gran problema del Centro de Educación de Adultos ‘María Zambrano’ es la falta de espacio. Fue un buen centro cuando en 1990 el Ayuntamiento lo puso a disposición y ha prestado muy buenos servicios durante muchísimo tiempo, pero ahora mismo no es cómodo para el alumnado en general, ni para las mujeres mayores ni para los jóvenes y a veces es complicadísimo organizarse, en quién viene, a qué hora…”Hay carencias importantes como un lugar para poder reunirnos, y hasta la Casa de la Cultura, con 160 plazas, se nos queda pequeña, así que tenemos que gastar dinero en alquilar un salón de los colegios concertados”.
El Ayuntamiento les ha presentado un proyecto, por primera vez en planos, pero sigue siendo insuficiente. “Agradecemos la buena voluntad pero aun en el caso de que pudiera salir adelante, es un proyecto a muy largo plazo porque estamos pendientes del PGOU, habría que derribar lo que hay ahora mismo en ese terreno municipal y sin olvidar que es pequeño. Porque dentro de todo lo mal que pueda estar en este local que tenemos ahora, son 400 metros cuadrados, por lo que no podemos irnos a otro que no puede cubrir las necesidades reales que tenemos. La idea es que Esisa construiría un bloque de pisos y el bajo sería para el centro de adultos. Han quedado en decirnos si era posible ampliar la superficie; si no habría que buscar otro lugar”.
La responsabilidad en lo que se refiere a la construcción de centros es del Ayuntamiento. El convenio establece que la Junta dota a los centros de infraestructrura y profesorado pero no construye edificios, de forma que no hay más opción que la de esperar.
TE RECOMENDAMOS
ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN
Lo más leído
Lo último
Boletín diario gratuito
- ?Decían en su casa que iban al corte y venían a aprender a leer y escribir? · El Periódico de Utrera · Viva Rota DESCARGAR PERIÓDICO
-
-
Seccionesexpand_more
-
- Hemeroteca
- Quiénes somos
- Contacto
- Publicidad
- Aviso Legal
- Cookies
- Seguridad
- Protección de datos