Rebélate contra la pobreza
Hoy a las 12 de la mañana en la calle Luna tienes la ocasión de participación en la concentración del Foro Social
La crisis económica actual ha venido a servir de excusa perfecta para frenar los planes de desarollo
En una viñeta de humor decía un pobre a otro: “lo peor de la pobreza es que ocupa todo el tiempo”.
Ciertamente este es el drama de la pobreza: que envuelve, acorrala y condiciona toda la vida de la persona, impidiendo poder “vivir una vida larga, sana, creativa, disfrutando de libertad, dignidad y respeto hacia sí mismo y hacia los demás”.
En esta situación se encuentran en el mundo unos 1.020 millones de personas entre las poblaciones más vulnerables, algunas de ellas también entre nosotros. En El Puerto, Cáritas Interparroquial atendió durante el primer trimestre del año a 1.566 familias que viven por debajo del umbral de la pobreza. Si estimamos una media de cuatro personas por familia supondría unas 6.264 personas.
En septiembre de 2000, dirigentes de 189 países se reunieron para tomar unos acuerdos de Desarrollo Humano que llamaron Objetivos del Mileno. El primero de ellos era: erradicar la pobreza extrema y el hambre para el año 2015. Hoy, diez años después, muy poco se ha avanzado.
¿Por qué no se termina con esta verdadera vergüenza de la humanidad? Algunos nos quieren hacer creer que es un problema muy complejo y de difícil solución, cuando en el fondo todo se reduce a comprender que el orden económico capitalista lleva en sus entrañas a este monstruo.
La apropiación de riqueza por unos pocos se realiza a costa de la pobreza de muchos: saqueo de materias primas, comercio internacional injusto y desigual, deuda externa de los países empobrecidos, planes de ajuste dictados por los organismos internacionales, corrupciones, etc.
Remover estas verdaderas causas terminaría con la pobreza y el hambre en el mundo, pero sería a costa de que los países ricos frenaran su carrera por tener y consumir siempre cada vez más. Un desarrollo absurdo, alocado e imposible. Pero a esto no estamos dispuestos casi nadie.
La crisis económica actual ha venido a servir de excusa perfecta para frenar los planes de desarrollo. Que se mueran de hambre unos diez millones de personas al año parece menos urgente para muchos gobiernos que mantener un ejército numeroso y un arsenal de armas actualizado, por ejemplo.
Tenemos que parar esta locura y no se conseguirá mientras la sociedad civil no grite a los gobernantes y dueños del dinero que no queremos seguir por este camino, que deseamos un mundo más justo, solidario y habitable para todas las personas.
Hoy día 16 a las 12 de la mañana en la calle Luna tienes la ocasión de participar en la concentración que el Foro Social ha convocado. Es nuestra pequeña rebelión contra la pobreza,
Ciertamente este es el drama de la pobreza: que envuelve, acorrala y condiciona toda la vida de la persona, impidiendo poder “vivir una vida larga, sana, creativa, disfrutando de libertad, dignidad y respeto hacia sí mismo y hacia los demás”.
En esta situación se encuentran en el mundo unos 1.020 millones de personas entre las poblaciones más vulnerables, algunas de ellas también entre nosotros. En El Puerto, Cáritas Interparroquial atendió durante el primer trimestre del año a 1.566 familias que viven por debajo del umbral de la pobreza. Si estimamos una media de cuatro personas por familia supondría unas 6.264 personas.
En septiembre de 2000, dirigentes de 189 países se reunieron para tomar unos acuerdos de Desarrollo Humano que llamaron Objetivos del Mileno. El primero de ellos era: erradicar la pobreza extrema y el hambre para el año 2015. Hoy, diez años después, muy poco se ha avanzado.
¿Por qué no se termina con esta verdadera vergüenza de la humanidad? Algunos nos quieren hacer creer que es un problema muy complejo y de difícil solución, cuando en el fondo todo se reduce a comprender que el orden económico capitalista lleva en sus entrañas a este monstruo.
La apropiación de riqueza por unos pocos se realiza a costa de la pobreza de muchos: saqueo de materias primas, comercio internacional injusto y desigual, deuda externa de los países empobrecidos, planes de ajuste dictados por los organismos internacionales, corrupciones, etc.
Remover estas verdaderas causas terminaría con la pobreza y el hambre en el mundo, pero sería a costa de que los países ricos frenaran su carrera por tener y consumir siempre cada vez más. Un desarrollo absurdo, alocado e imposible. Pero a esto no estamos dispuestos casi nadie.
La crisis económica actual ha venido a servir de excusa perfecta para frenar los planes de desarrollo. Que se mueran de hambre unos diez millones de personas al año parece menos urgente para muchos gobiernos que mantener un ejército numeroso y un arsenal de armas actualizado, por ejemplo.
Tenemos que parar esta locura y no se conseguirá mientras la sociedad civil no grite a los gobernantes y dueños del dinero que no queremos seguir por este camino, que deseamos un mundo más justo, solidario y habitable para todas las personas.
Hoy día 16 a las 12 de la mañana en la calle Luna tienes la ocasión de participar en la concentración que el Foro Social ha convocado. Es nuestra pequeña rebelión contra la pobreza,
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