La masa de libélulas, que atravesó la ciudad en minutos, se vio días atrás por Alicante
Durante el mediodía de ayer una plaga de libélulas sobrevoló la ciudad cubriendo durante esa franja horaria de primera hora de la tarde todo el cielo de estos insectos, familiares para los gaditanos por su presencia cuando el viendo de Levante toma la ciudad.
Curiosamente ayer la presencia de miles de estos insectos por la ciudad, no iba ligada con la aparición del viento de levante. Según los expertos, el paso durante estos meses de este tipo de insectos en bandada, está ligada a la bajada de las temperaturas, una bajada que se espera progresivamente para estos días.
En la jornada del domingo y el lunes, la zona de Alicante también vivió un fenómeno parecido con el paso de estos insectos voladores que decoraron el cielo de Benidorm durante horas, una imagen que no pasó desapercibida y que ayer se repitió en la ciudad, sobre todo en la zona de la entrada a la ciudad, donde pasadas las 16.00 horas se vieron en mayor cantidad.
Estas libélulas, familiarizadas con el viento de Levante, son insectos de cuerpo frágil y las alas largas y delgadas, lo que les convierte en uno de los insectos más veloces. Además, pueden alternar distintas formas de vuelo.
Por otro lado, las libélulas también están dentro de las especies de insectos que más están notando los efectos del cambio climático. Según informó recientemente la Comisión Europea el 9% de las mariposas, el 11% de los escarabajos que viven de la madera en descomposición y el 14% de las libélulas corren peligro de extinción en Europa a causa de la pérdida de hábitat y los efectos del cambio climático. Según la Comisión Europea, algunas de estas especies están tan amenazadas que corren el riesgo de extinguirse en todo el mundo, por lo que se han incluido en la última lista roja actualizada de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El 14% de las 130 especies de libélula evaluadas corre peligro, y cinco de ellas se encuentran amenazadas de extinción en todo el mundo. Los veranos cada vez más cálidos y secos combinados con una mayor extracción de agua para beber y regar hacen secarse los humedales donde suelen habitar estos insectos.