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Tiempo de observación y análisis

Desde siempre, desde que se tiene noticia de vida en nuestro planeta, hubo observación de lo que ocurría, se dejaba alguna señal de ello y hasta se vaticinaba lo que iba a ocurrir...

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Desde siempre, desde que se tiene noticia de vida en nuestro planeta, hubo observación de lo que ocurría, se dejaba alguna señal de ello y hasta se vaticinaba lo que iba a ocurrir. El hombre hacía que su inteligencia le proporcionara seguridad ante los ataques que le pudieran llegar; tanto de lo que ya conocía como de aquello otro que hubiera dado alguna señal para desconfiar de sus intenciones o de sus posibilidades de destrucción. Esa necesidad del hombre se hizo propia de la sociedad de la que formaba parte y se mantiene hoy día.

El hombre ya no es aquel ser primitivo del comienzo de la Humanidad y tampoco lo es en cantidad ni en distribución por asentamientos geográficos. El panorama es bien distinto hasta con relación a no más allá de unos cien años. La ciencia y la tecnología han dado pasos verdaderamente espectaculares en muy diversos campos. En lo que se refiere a la capacidad de observación de cualquier lugar de la tierra, por muy distante que se encuentre, se han dado pasos de suma importancia, pero todavía hay algo que es bastante difícil llegar a conocer: las intenciones del ser humano.

El hombre (el ser humano en general) se ha ido haciendo más temeroso a lo largo del tiempo. Ha sido víctima de engaño, en muchas ocasiones, por otros hombres, incluso por quien parecía que era su amigo. La defensa del hombre y la del grupo de la que forma parte necesita conocer lo que otros piensan, cuáles son sus intenciones, qué es lo que quieren, por qué y para qué. Se ha ido haciendo necesario hablar con otros para conocer sus intenciones, al tiempo que se le dan a conocer las propias, así como las condiciones para poder mantener un estado de cierta tranquilidad. A pesar de ello los resultados no siempre son los deseados.

En estos días la estafa Madoff está, tristemente, de actualidad. No es que los resultados hayan sido menores que los previstos inicialmente sino que tienen los signos de catástrofe. ¿Cómo se ha podido llegar a esa situación? Lo más probable puede que sea exceso de confianza; no haber mantenido la observación adecuada tanto en calidad como en cantidad y profundidad, y, como consecuencia, falta de análisis continuo de la situación.
Hay mucha cantidad de dinero que, por ahora, no se sabe dónde se puede encontrar y ello causa perturbación; de mayor o menor importancia según cada caso concreto. En general, ha creado una gran sensación de desconfianza y recelo a todo el mundo. ¿De quién se puede uno fiar? ¿Aparecerán otras cosas de ese estilo? ¿Está seguro lo poco que tengo?

¿Qué está pasando en el mundo?, se pregunta mucha gente. De buenas a primeras parte de la Flota de combate rusa se pasea por el Caribe, dicen que de vacaciones, para conocer nuevas zonas que, mira por dónde, están al Sur y próximas a los Estados Unidos de Norteamérica, con los que las relaciones son, como siempre, de desconfianza.

Esto sucede cuando está próximo el relevo del presidente norteamericano; con una especie de vacío de poder, o por lo menos disminución del mismo, en esa Nación. Por ahora consideran que este tiempo necesita más y mejor observación, más y mejor el análisis de la situación planteada, no sólo por esa presencia naval, también la economía y otros hechos o declaraciones de significados responsables políticos y militares de Rusia.

Y es también tiempo de observación y análisis para Europa y, en general, para todo el mundo. Lo es también, sin duda alguna, para nuestra Nación y se estará haciendo con rigor por los organismos que tienen como misión la seguridad y defensa de nuestro país; y habrá la colaboración, establecida o que se establezca, con otros países. Es natural que así sea.

Se echa de menos, sin embargo, algo de información seria sobre esa situación general que se vive en el mundo. Interesa conocer lo que ocurre y pueda ocurrir; como ha sido desde que el hombre vive en el mundo para defenderse de los peligros ciertos o potenciales.

La sociedad es tanto más fuerte cuanto más y mejor informada lo esté. Conocer la realidad de la situación es fundamental para establecer el necesario plan de defensa, o de ataque si fuere necesario. En terreno del diálogo, por supuesto, todo ello.

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