Unas 200 personas se concentraron ayer para recordar al empresario que sigue desaparecido.
Tres meses llevan ya de calvario los familiares del empresario gaditano José Quijada, más conocido como Pepe el del Séneca, (por sendas tiendas en Cádiz y San Fernando) desde que desapareció en un viaje desde Tánger adonde partió como de costumbre para adquirir género para sus bazares.
Casi dos centenares de personas se concentraron ayer en la plaza de San Antonio para recordar a José Quijada, para que su memoria no caiga en el olvido y para reclamar a las autoridades avances en las investigaciones que no acaban de producirse, según la Policía, por la falta de pistas.
Escenas emotivas se vivieron ayer en el céntrico enclave. Durante más de una hora familiares y amigos de José portaron una gran pancarta con su imagen. Los rostros abatidos de los seres queridos del regente de los bazares Séneca hablaban por sí mismos de la dureza de este camino de tres meses en el que sólo encuentran incertidumbre.
“No se sabe nada” Uno de los hijos deJosé Quijada, Ismael, afirmó yer con entereza que “no se sabe nada, la cosa está casi como el primer día. No hay ningún sitio por donte tirar. Cuando pasa un caso de estos va quedando en el olvido. Esta concentración sobre todo es para que se tenga presente que hay un ciudadano español, gaditano, en su día desapareció en Tánger”. Al respecto de los tres meses desde que desapareció su padre dejó claro que “la incertidumbre de estar tantos días en este plan pues pesa bastante”.
Ismael no quiso descartar que se vuelvan a producir más concentraciones como la de ayer, que fue la primera. “Suponemos que si la cosa sigue igual, cada 18 de cada mes nos concentraremos”. Respecto a los avances en la investigación del paradero de José, Ismael afirmó que “lo que se ha hecho es descartar muchas cosas que no te llevan a ningún sitio. Si se hubiera hospedado en algún sitio, o algún centro de salud, dependencia policial, en cualquier sitio en el que haya que dar el DNI o algún dato está descartado porque no hay nada. La policía no nos dice nada porque no hay nada que decir”.
Estas palabras fueron interrumpidas por uno de los familiares presentes que no pudo aguantar la serenidad tanto como Ismael: “Tampoco están buscando, no están haciendo nada”. Esta última frase resumía el sentir general de los concentrados, que gritaron consignas contra los políticos y los responsables policiales, a las que reprochan que no se avance en una investigación en punto muerto.