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XXV Exaltación de las Fiestas Patronales: Un canto al amor más puro de la tradición

Manuel García Sánchez sorprendió a una Plaza Bartolomé Pérez con una exaltación profunda y sincera

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"Manuel, tuya es la palabra" con esta introducción de Esther García, delegada de Fiestas, dio comienzo la XXV Exaltación de las Fiestas Patronales a cargo de Manuel García Sánchez. El joven roteño comenzó con un "fíjate si yo te quiero que yo quiero que me quieras" para comenzar con sus versos que derramó sobre una Plaza Bartolomé Pérez entregada desde el inicio. Su breve estrofa ante su devoción por la localidad arrancó los olés de este espacio abierto que congeló el tiempo para atender a la exaltación.

"Amigos todos" partió como saludo a los espectadores para recuperar los versos que describían la incontenible llegada del otoño, resaltando que la marcha de septiembre da paso a un mes de celebración en "nuestro mes de esplendor" porque "octubre es ese mes donde la historia está presente". Manuel mostró una clara premisa ante el inminente comienzo del décimo mes del año para afirmar que "Rota es octubre, y octubre se apellida Rosario". El exaltador esclareció entre su poesía una intimísima recopilación de acontecimientos y vivencias personales desde su niñez de un "roteño a más no poder". Manuel no cesó en su alegato al mes de octubre por ser un "mes de las primeras veces" porque "octubre se resume en una sola semana". El apego sentimental del joven roteño al mes de la patrona arrancó los vítores de los públicos en una intensa y cargada de emoción narración.

Manuel García Sánchez se mostró enérgico y con confianza y ante cualquier cuestionamiento previo a su juventud que podría perderse la perspectiva histórica y tradicional: Manuel arrancño las dudas a base de versos que se clavaban en profundidad en los acontecimientos de antaño que han dado a la virgen del Rosario la relevancia que adquiere hoy. El exaltado acudió a los recovecos del pasado, a la influencia y peso de la patrona para reivindicar su peso en la Villa de Rota. 

"La ilusión no se compra" lanzó desde su atril para arropar sus palabras con la mayor ternura de su exaltación. Manuel abrió cada puerta de su interior para emanar un sinfín de versos que flotaban por una plaza encaudalada y la atención de las Damas del Rosario. El joven roteño expuso el significado de esa ilusión que relató con su poesía tan melódica y acompasada. Explicó que la ilusión corresponde a "la pasión de la ilustre maravilla de ver el atardecer de la playa de la Costilla" porque "la ilusión es el todo" y en esta noche no pudo no clavar la mirada a su izquierda ante aquellas damas que "defienden las raíces de las mujeres roteñas". Definitivamente, la conclusión a la que acudir fue que "la ilusión es el mayor regalo". Un cálido aplauso abrazó el corazón de aquel joven iluminado en un atril.

"Las Damas son esas rosas" piropeó el exaltador al confirmar que ellas son las diosas que no tienen comparación por ser "mujeres libres y fuertes que sirven de admiración". Manuel no pudo contener su emoción y narró un recorrido mitológico e histórico para lanzar un paralelismo que concluyó con una idea muy clara: no hay comparación con las Damas del Rosario. El joven enalteció a las 22 Damas del Rosario con una fuerte metáfora entre ellas y un sinfín de referencias que provocó el clamor de los asistentes. Los ojos del público estaba clavado en un orgulloso roteño que ya ha mostrado el orgullo que supone esta situación para él.

Y de las Damas volvió a Rota, su pueblo, en una estrofa de piropos que encadenaba y provocó de nuevo el éxtasis entre los allí congregados. La describió en sus más profundas idiosencrasias, sus características que solo una persona originaria podría percibir. "Rota, niña cubierta de escamas", "Rota, balcón al mar" o "Rota, mi amor originario" fueron prueba de la elocuencia de Manuel García Sánchez que puso fin a su exaltación de esta manera, de una forma propia de aquel que ama su tierra. 

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