La tortilla vaga de Sacha Omaechea es el clásico plato que debería tener protegido los derechos de autor. Aunque podamos encontrarla en infinidad de cartas, la idea original salió de la botillería y fogón del mismo nombre, en Madrid. Allí Sacha la creó siguiendo las directrices del arquitecto Rafael Moneo, que recordaba un revuelto de setas que le hacía su abuela. Con unos buenos huevos de corral y con el contacto justo con la sartén, Sacha añade a su tortilla vaga trufa y panceta muy fina. El resultado es pura poesía.
Le voy a sugerir que, en una de sus muchas escapadas a Jerez haga un hueco y vaya a probar la que hace en El Punto Gallego Alberto Crego. A este salmantino, un loco bastante cuerdo amantes del producto y de sus infinitas posibilidades, se le ha ido la pinza con una espectacular versión que podemos disfrutar en su local por 18 euros.
Además de una generosa cantidad de huevos fresco, añade patatas fritas de bolsa, gambas, un par de salsas y escamas de sal marina negra.
El experimento le ha salido también, que el plato está siendo de lo más solicitado de un establecimiento donde trabajan muy bien un excelente producto que traen a diario desde Galicia y al que Alberto suele darle la vuelta con talento no exento de cierta excentricidad.
Disfruten de la experiencia, que platos así no abundan.
EL PUNTO GALLEGO. C/ Valdepeñas. 11407. Jerez, Cádiz
