A Gotteborg y Dakar sin pasar por Castellón
Ángel Porres y Juan Alba son dos gaditanos que trabajan y viven en el extranjero
Gaditanos por el mundo
De un tiempo hasta ahora la ciudad de Cádiz ve como muchos de sus hijos se ven obligados a abandonarla por la flagrante falta de empleo que tiene. Muchos son los destinos que estos chavales escogen, pero hay uno que se ha convertido en todo un referente, Castellón de la Plana en la Comunidad Valenciana. No obstante también los hay, aunque seguro que en menor medida, que han optado por cruzar las fronteras y probar suerte en otros países. Éste es el caso de Ángel Porres y Juan Alba, que en vez de Castellón se han marchado a trabajar aún más lejos, uno, a la fría ciudad de Gotteborg, en Suecia, y el otro a Dakar, la capital de Senegal, en las mismas puertas del Golfo de Guinea. Ambos contaron las experiencias que han vivido hasta ahora a INFORMACIÓN.
De universitario a ciudadano
Ángel Porres es licenciado en Historia. Hace cuatro años, cuando estudiaba el último curso conoció a una chica y ambos decidieron irse un año de Erasmus. La relación se terminó, según aseveró Ángel, pero no cesaron las ganas de concer mundo y allá que se fue a Gotteborg. El 25 de agosto de 2004 llegó a la mencionada ciudad, en la que estuvo un año estudiando.
“Estando allí me di cuenta de que había una demanda tremenda de todo lo que sonara a español, por lo que cuando volví a Cádiz hice el CAP, terminé la carrera y volví para trabajar”, afirmó.
Ángel reconoce que la vuelta a Suecia fue “difícil. Ya no era un universitario, sino un ciudadano más, lo primero que necesitaba era el DNI, que lo pude conseguir gracias a un trabajo al que accedí por mediación de un amigo en una empresa en la que hacía entrevistas telefónicas a médicos”, apuntó.
En enero de 2007 empezó a aprender sueco, un idioma algo difícil para una persona que no lo conoce de antes. “La pronunciación y el orden de las palabras es muy difícil, además supe por fin el significado de “hacerse el sueco”, y es que los suecos nunca te responden que no a una pregunta, son personas muy sensibles y educadas y creen que negar algo es muy brusco, simplemente te sueltan una indirecta”, argumentó Porres.
Actualmente Ángel se encuentra aprendiendo sueco -ya tiene tres cuartas partes del idioma aprendido- y trabaja como profesor sustituto en una escuela. “La experiencia ha sido muy positiva, para ir a Suecia es recomendable tener la mente muy abierta, es muy diferente a España en todos los sentidos. Con respecto a mi trabajo, los chicos me tratan muy bien aunque alguna vez me la han dado con queso, son pícaros y bromistas, pero no tienen maldad ninguna”, admitió.
Proyección internacional
Desde hace dos años Juan Alba ha trabajado cómo técnico informático en una subcontrata de la Junta de Andalucía. Atraído por la idea de salir, ganar experiencia y proyección, solicitó una beca al Instituto de Comercio Exterior y tras pasar unos exámenes y una entrevista personal, le ofrecieron como destino Dakar, en Senegal.
El 4 de octubre salió de Cádiz en dirección Dakar. Allí desempeña su trabajo como técnico de instalaciones informáticas en la misma embajada de España. Por las mañanas, desde las 8.00 hasta las 15.00 horas trabaja en la embajada y por las tardes aprende francés, que es, junto con el wolof, el idioma oficial de Senegal. Los fines de semana se dedica a conocer el país.
“Es un país extraño con gente muy acogedora. La pobreza es extrema y que un blanco se integre es muy difícil. No obstante la gente, al ser tan pobres, tienen un concepto de la propiedad totalmente opuesto al nuestro, lo poco que tienen lo comparten contigo. Allí he conocido la pobreza de verdad”, constató Juan.
Gracias a esta beca, Juan pasará un año trabajando en la embajada. El año que viene tendrá que hacer prácticas en una empresa española instalada en el extranjero.
“El tiempo que llevo viviendo allí me ha resultado una experiencia muy satisfactoria, quien quiera conocer África, puede empezar por Senegal”, matizó Juan.
Futuro
Tanto Ángel como Juan, no conciben aún la vuelta a Cádiz, ya que sus proyectos por ahora van para largo. Ángel pretende terminar el idioma sueco y así estudiar un año y medio Español en la Universidad para ser profesor de Historia y Español.
Juan, por su parte, esperará a que pase este año para ver las posibilidades de trabajo del segundo.
De universitario a ciudadano
Ángel Porres es licenciado en Historia. Hace cuatro años, cuando estudiaba el último curso conoció a una chica y ambos decidieron irse un año de Erasmus. La relación se terminó, según aseveró Ángel, pero no cesaron las ganas de concer mundo y allá que se fue a Gotteborg. El 25 de agosto de 2004 llegó a la mencionada ciudad, en la que estuvo un año estudiando.
“Estando allí me di cuenta de que había una demanda tremenda de todo lo que sonara a español, por lo que cuando volví a Cádiz hice el CAP, terminé la carrera y volví para trabajar”, afirmó.
Ángel reconoce que la vuelta a Suecia fue “difícil. Ya no era un universitario, sino un ciudadano más, lo primero que necesitaba era el DNI, que lo pude conseguir gracias a un trabajo al que accedí por mediación de un amigo en una empresa en la que hacía entrevistas telefónicas a médicos”, apuntó.
En enero de 2007 empezó a aprender sueco, un idioma algo difícil para una persona que no lo conoce de antes. “La pronunciación y el orden de las palabras es muy difícil, además supe por fin el significado de “hacerse el sueco”, y es que los suecos nunca te responden que no a una pregunta, son personas muy sensibles y educadas y creen que negar algo es muy brusco, simplemente te sueltan una indirecta”, argumentó Porres.
Actualmente Ángel se encuentra aprendiendo sueco -ya tiene tres cuartas partes del idioma aprendido- y trabaja como profesor sustituto en una escuela. “La experiencia ha sido muy positiva, para ir a Suecia es recomendable tener la mente muy abierta, es muy diferente a España en todos los sentidos. Con respecto a mi trabajo, los chicos me tratan muy bien aunque alguna vez me la han dado con queso, son pícaros y bromistas, pero no tienen maldad ninguna”, admitió.
Proyección internacional
Desde hace dos años Juan Alba ha trabajado cómo técnico informático en una subcontrata de la Junta de Andalucía. Atraído por la idea de salir, ganar experiencia y proyección, solicitó una beca al Instituto de Comercio Exterior y tras pasar unos exámenes y una entrevista personal, le ofrecieron como destino Dakar, en Senegal.
El 4 de octubre salió de Cádiz en dirección Dakar. Allí desempeña su trabajo como técnico de instalaciones informáticas en la misma embajada de España. Por las mañanas, desde las 8.00 hasta las 15.00 horas trabaja en la embajada y por las tardes aprende francés, que es, junto con el wolof, el idioma oficial de Senegal. Los fines de semana se dedica a conocer el país.
“Es un país extraño con gente muy acogedora. La pobreza es extrema y que un blanco se integre es muy difícil. No obstante la gente, al ser tan pobres, tienen un concepto de la propiedad totalmente opuesto al nuestro, lo poco que tienen lo comparten contigo. Allí he conocido la pobreza de verdad”, constató Juan.
Gracias a esta beca, Juan pasará un año trabajando en la embajada. El año que viene tendrá que hacer prácticas en una empresa española instalada en el extranjero.
“El tiempo que llevo viviendo allí me ha resultado una experiencia muy satisfactoria, quien quiera conocer África, puede empezar por Senegal”, matizó Juan.
Futuro
Tanto Ángel como Juan, no conciben aún la vuelta a Cádiz, ya que sus proyectos por ahora van para largo. Ángel pretende terminar el idioma sueco y así estudiar un año y medio Español en la Universidad para ser profesor de Historia y Español.
Juan, por su parte, esperará a que pase este año para ver las posibilidades de trabajo del segundo.
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