¿Es el principio del
fin del tabaco en Europa? Nuevas
prohibiciones, impuestos y restricciones. Los
cigarrillos electrónicos y el
tabaco se enfrentan a un panorama regulatorio cada vez
más estricto . Sin embargo ¿Qué significan estas medidas para los
consumidores y la
industria? El Parlamento Europeo y varios gobiernos de la Unión Europea están
intensificando su lucha contra el tabaco.
Un fenómeno en crecimiento en países como
Estonia, la República Checa y Luxemburgo, donde hasta un
30% de los jóvenes de entre 15 y 24 años ya vapean.
Bélgica ha dado el primer paso al
prohibir la
venta de vapeadores desechables, por su atractivo para los adolescentes y su impacto medioambiental. Asimismo, países como
Irlanda plantean
restringir los sabores y aumentar los impuestos sobre estos productos, unas medidas apoyadas por la Sociedad Respiratoria Europea.
Aunque el
vapeo se presenta como una
alternativa para dejar de fumar, los expertos advierten sobre el riesgo de convertirse en
consumidores duales de tabaco y vapeadores.
En
España, la reforma fiscal también pone el foco en este mercado. A partir del mes de abril, entrará en vigor un
nuevo impuesto que aumenta el precio de los líquidos para vapeadores. Así, las tarifas irán
desde 0,15 hasta 0,20 euros por mililitro, dependiendo de su concentración de nicotina.
También, se han
incrementado los impuestos sobre el tabaco convencional, con ajustes de precios en las distintas marcas.
Esta medida se centra en
recaudar fondos y desincentivar el consumo entre los
jóvenes, pues representan la
mayor proporción de usuarios de vapeadores en crecimiento.
Una iniciativa que refleja un
cambio de rumbo en la política de salud pública europea, en su intento de
equilibrar los intereses comerciales con la protección de sus ciudadanos, especialmente de las generaciones futuras.