Hace 25 años, la Fundación ”la Caixa” creó las convocatorias de Proyectos Sociales con el objetivo de promover la igualdad de oportunidades y la inclusión social, y mejorar la calidad de vida de las personas en situación de vulnerabilidad. En Andalucía se han impulsado 4.610 proyectos de 1.757 entidades, atendiendo a más de 1,5 millones de personas en 310 municipios, con una aportación acumulada de casi 96 millones de euros.
Pero estos 25 años destacan más por la propia evolución que han tenido estas convocatorias, pasando de forma progresiva de un enfoque asistencial que cubra necesidades básicas a uno integral, buscando que los destinatarios “no sean parte del problema sino parte de la solución”, lo que ha convertido a la Fundación el “paradigma de la inserción social”. Quien habla es Ana Bella Estévez, fundadora de la Fundación Ana Bella y una de las presentes en el acto de homenaje que celebró la fundación en Sevilla la pasada semana.
Ana Bella relata cómo ya hace 15 años les dieron el premio a la innovación social: “Nuestros proyectos no buscan perfiles, son los proyectos los que se adaptan a las mujeres, son protagonistas, no usuarias”, apuntan, señalando como ejemplo la inserción laboral, puesto que antes en las empresas se les daban empleos invisibles y poco remunerados y ahora, se pone en valor sus valores como supervivientes: capacidad de resistir, resilientes, válidas, eficaces, perseverantes, tolerantes al fracaso y que pueden hacer realidad sus aspiraciones.
La Fundación Ana Bella no sólo trabaja con los Proyectos Sociales de ”la Caixa”, sino también con ProInfancia e Incorpora, apostando por la profesionalización “sin perder nuestra esencia”, porque “no todas las entidades saben ver más allá del asistencialismo”, apuntando que además optan por aportar a más entidades y cada vez más pequeñas.
La misma visión de adaptación, del enfoque existencial o de resolver problemas puntuales a uno “más holístico e integral”, aporta José Antonio Naveros, de la Asociación Arrabal, que también destaca esa profesionalización que ha impulsado la Fundación ”la Caixa” y que les permite que los colectivos vulnerables con los que trabajan consigan “su proyecto de vida, que se empodere, se forme y se inserte”, su principal objetivo.
Naveros también destacó los retos a los que se enfrentan en su trabajo social, como es la brecha digital (porque hasta un mozo de almacén debe saber utilizar una PDA o un programa informático, relata); la necesidad de “romper el círculo de la pobreza heredada” a través de la educación, el retorno escolar y la formación; y la igualdad de oportunidades, seguir defendiendo esos derechos sociales, como puede ser el Ingreso Mínimo Vital o la violencia de género, y que han sido una “lucha constante” en estos 25 años.
