El Papa Francisco presenta un cuadro clínico complejo y continuará ingresado en el hospital Gemelli de Roma, donde permanece hospitalizado desde el pasado viernes debido a la bronquitis que padece.
El Vaticano ha informado de que los resultados de las pruebas realizadas en los últimos días y las realizadas este lunes, han demostrado una infección polimicrobica de las vías respiratorias que ha determinado un cambio adicional en la terapia.
Así, todos los exámenes realizados hasta este lunes al Papa Francisco indican un cuadro clínico complejo que requerirá una hospitalización adecuada. Por este motivo, se ha cancelado la audiencia general de este miércoles 19 de febrero.
Francisco, de 88 años, padece una bronquitis que, en los últimos días, le ha impedido desarrollar con normalidad su agenda, en tanto que le dificultaba la lectura de sus discursos y finalmente le ha obligado a hospitalizarse para recibir diagnósticos y los subsiguientes tratamientos médicos.
El Papa afirmaba la mañana de este domingo que todavía necesitaba tratamiento para recuperarse de la bronquitis y agradeció el cuidados de los médicos y enfermeros del hospital Gemelli de Roma.
"Me hubiera gustado estar entre ustedes pero, como saben, estoy aquí en el Policlínico Gemelli porque todavía necesito algún tratamiento para mi bronquitis", indicó el Papa en el discurso de la oración del Ángelus que dejó escrito al no poder pronunciarlo.
Esta noche, la tercera que estuvo hospitalizado, el Papa "descansó bien, pasó una noche tranquila y esta mañana desayunó como los días anteriores, dedicándose también a leer algunos periódicos", según ha explicado este lunes el portavoz Matteo Bruni . "Las terapias continúan naturalmente y se espera tener más información desde el punto de vista médico esta tarde, presumiblemente después de las 17.00 hora de Roma", ha añadido.
El Papa queda por tanto "bajo control del hospital", ha reiterado el portavoz, al tiempo que ha informado de que de momento no hay previsiones sobre su alta hospitalaria y que al Papa se le aplica la regla del "absoluto reposo" establecida por los médicos. Por ello, este domingo a las 12.00 horas no pudo dirigir --por primera vez-- el rezo del Ángelus dominical.
A pesar de todo, el Papa no quiso faltar a la cita diaria con la parroquia de la Sagrada Familia de Gaza, la visita puntual a las 19.00 horas con el párroco padre Gabriel Romanelli y todos los refugiados entre la parroquia y el colegio.
El propio Romanelli lo confirmó por teléfono a los medios vaticanos: "El Santo Padre nos llamó los dos primeros días de hospitalización, la gente estaba esperando a las 20.00 (hora de Gaza) como siempre y a pesar de que teníamos un apagón en toda la zona de Gaza City, insistió y logró contactarnos con una videollamada. Nos preguntó cómo estábamos, cómo estaba la situación, nos envió su bendición. La gente le mostró su cercanía, él les agradeció y les dio su bendición".
"Escuchamos su voz. Es cierto, está más cansado. Él mismo dijo: Tengo que cuidarme. Pero su voz era clara, nos escuchaba bien", enfatizó el sacerdote argentino.
