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Andalucía

Coimbra, una dualidad

A medio camino entre Oporto y Lisboa, esta ciudad univeristaria es dos en una, Coimbra la Alta y Coimbra la Baja

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  • Callejuelas del centro -

A medio camino entre Oporto y Lisboa, las dos ciudades más importantes de Portugal está Coimbra, ciudad universitaria por excelencia que, a orillas del río Mondego, ofrece al turista muchos y variados atractivos que vale la pena no perderse. Conocer Coimbra implica explorar dos ciudades en una, dos ciudades a las que valdría la pena dedicar dos días, uno para cada una de las dos. Y aunque en verdad, me estoy refiriendo siempre a una misma y única ciudad, Coimbra se descubre, se saborea y se disfruta de dos maneras muy diferentes. Por estas razones es casi lícito hablar de dos Coimbras: la Alta y la Baja.

La parte alta de Coimbra se sitúa sobre una colina  en la que domina la Universidad, la más antigua de Portugal ya que fue instaurada en 1537 siendo la única universidad portuguesa hasta 1911, ya entrado el siglo XX. A la Universidad de Coimbra, una pequeña ciudad en sí, se entra por la Porta Férrea, una suntuosa entrada que data del año 1634 y que da acceso al gran patio donde están las grandes joyas de la universidad.

En el ala norte del gran patio está el Paço das Escolas con la Via Latina -galerías cubiertas- y la Sala de los Capelos donde se realizan los grandes actos de esta universidad. La Torre de la Cabra, con 33 metros de altura, domina una de las esquinas del gran patio. Construída en el siglo  XVIII se le llama así puesto que “Cabra” es el nombre que la Universidad da a la Campana.

En el ala oeste de este gran patio están los auténticos tesoros de la Universidad y que usted no debe perderse. Por un lado está la preciosa Capilla de San Miguel, gran ejemplar del arte manuelino y obra de don Pedro, duque de Coimbra, en la que podrá admirar suntuosos techos y ricos azulejos del XVIII. Para entrar, tendrá que llamar a la puerta y enseñar la entrada que habrá comprado en el centro de estudiantes sito junto a la Porta Férrea.

Con similar protocolo que en la capilla, pero con un horario prefijado, podrá conocer la Biblioteca Joanina, la gran obra maestra del barroco europeo y sin duda, una de las bibliotecas más bonitas y espectaculares del mundo. Tómese su tiempo en conocer esta biblioteca y hágalo sin prisas. Si puede, le recomiendo que contrate los servicios de un guía turístico local que le explique el rico anecdotario que emana de la historia de estas paredes. Disfrutará como un niño.

La biblioteca, que se construyó entre 1717 y 1728 bajo las órdenes de Juan V, contiene aproximadamente 300.000 volúmenes que pueden consultarse bajo petición, con cita previa, en una sala específica, y con importantes y lógicas medidas de seguridad. Fíjese en la riqueza de la madera que forman las estanterías con los libros y deténgase a observar las figuras chinas en tinta negra, no encontrará dos iguales en toda la biblioteca: esta sala representa la riqueza del imperio portugués en forma de materiales de construcción. No podrá tomar fotografías, pero quédese tranquilo, en su mente no se borrará la belleza de las imágenes que conservará. Antes de abandonar la biblioteca, visite en la planta baja la antigua prisión hoy convertida en una sala adicional de la biblioteca.

Para acabar en la Universidad, una sana recomendación que le puedo hacer es que entre a ver el patio y algunas de las aulas que hay si entra por la puerta que está entre la capilla y la torre de la Cabra. En el bar, tómese un café, respirará ese “sanote” aire universitario que algunos echamos de menos. Y todavía dentro de la parte alta de Coimbra le esperan las dos catedrales de la ciudad: la Sé Nova o Catedral Nueva -del s. XVII, es una antigua iglesia jesuita- y la Sé Vella, impresionante construcción mitad catedral mitad fortaleza que se construyó en 1140 cuando Coimbra era la frontera entre el mundo cristiano y el mundo musulmán. Gran ejemplo del románico portugués, es la catedral más antigua de Portugal.

Y Coimbra la Baja

A través de una tupida red de calles peatonales, podrá descender a la parte baja de Coimbra y auténtico centro de la ciudad. Éste esta formado por el área que va desde el Largo das Olarias hasta el Largo da Portágem, pasando por la Praça do Comercio -llamada así porque ya era escenario del antiguo mercado de la época medieval-  y por supuesto, por la siempre animada y viva rúa peatonal Ferreira Borges. Le sugiero que vaya de una punta a otra de este pequeño recorrido a pie, tranquilamente y disfrutando de todos los rincones que encontrará. La iglesia de Santiago del 1183 y reconstruída en el s. XVIII, el Arco de Almedina o la Iglesia de San Bartolorgo son algunos de los monumentos que llamarán su atención.

Para acabar, le sugiero que haga el camino inverso, desde una plaza a otra, pasando por las callejuelas que hay en el centro de Coimbra. Auténtico centro y corazón de la ciudad, descubrirá familiares y sencillos restaurantes -como O Garfinho, en la rua de Moeda, donde dos personas comen casero, exquisito y abundante por menos de 15 euros- o un montón de tradicionales comercios tales como sombrererías, zapaterías, sastrerías o tiendas de telas. Comercios que en las calles de las principales ciudades de España desaparecieron hace algunas décadas pero que en Coimbra siguen existiendo, trabajando y ofreciendo sus productos a los habitantes de su ciudad.

Para mí, un barcelonés de más de 40 años, conocer estas calles de la bonita Coimbra supuso un pequeño viaje en el tiempo que me permitió regresar a aquellas imágenes de mi infancia que por un momento pensé que no existían, pero que Coimbra me ha devuelto. Coimbra, una ciudad que me ha gustado visitar con Ana y que me ha hecho ver que mi infancia puede seguir viva en sus calles.

Cómo llegar: Lisboa y Oporto están a una relativa distancia como aeropuertos de referencia.

Dónde dormir: En la Vila Gale Coimbra, disfrute de su restaurante.

Dónde informarse: http://www.turismodecoimbra.pt/ Información accesible y completa.

Cómo moverse: Es recomendable intentar llegar a la parte alta de Coimbra en transporte público. A partir de ahí, caminando cuesta abajo se descubre la ciudad.

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