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El jardín de Bomarzo

La ley del silencio

Está el silencio sobre la corrupción. Nadie ha explicado aún cómo y por qué este país se ha convertido en cuna de bandoleros, cuándo, quiénes son responsables

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“El hombre es esclavo de sus palabras
y dueño de sus silencios”.

Sonoro silencio.  En un mundo lleno de palabras, hoy me mueve el silencio. El intencionado y aquél que emana de palabras vacías, aquellas que rodean la verdad usando la rica y extensa gramática nacional para terminar en verdades a medias que son, en definitiva, medio mentiras y en las cuales, para colectiva desgracia, se ha instalado de manera definitiva este mundo nuestro. Todo parece mentira y, desde ahí, es imposible reactivar nada. En este país nada serio tiene su aquel oír hablar de transparencia y honorabilidad cuando los indicios apuntan a que el disertante de turno puede guardar en el bolsillo interior de su flamante chaqueta, calentito, el sobre en b del sobresueldo del mes corriente, que viene a resultar casi tan repugnante como el cura que soba a alumnos y pregona después castidad desde el púlpito o desconcertante como el político que se sube a un atril a tronar en favor de los derechos fundamentales de todos, de la democracia, de la lucha progresista alentando las libertades individuales y lo hace minutos después de haber linchado a un periodista por hacerle una pregunta incómoda. Mentiras. Y uno se cuestiona si no va siendo hora de hacer maletas con destino a Zambia para dedicarse al estudio del cultivo de la fresa.
Está el silencio sobre la corrupción. Nadie ha explicado aún cómo y por qué este país se ha convertido en cuna de bandoleros, cuándo, quiénes son responsables. ¿Nadie? ¿Sólo el chófer? ¿Sólo el técnico que una vez firmó un informe? Me debato entre lo feliz que era antes en la estúpida  ignorancia o lo infeliz de ahora ante el susto diario de la corruptela diaria y, de ellas, empiezas a añorar a los delincuentes de antes, al lute, al vaquilla, alegre bandolero, a gente así porque, al margen de lo mitológico y legendario que representa delinquir con apodo, con ellos identificabas perfecto la procedencia del mal, sabías de dónde venía. Ahora no. Sale de todas partes, nos rodea, procede de la más alta cuna, luce corbatas de Armani de las muy caras o transita en coche oficial. Y uno, ciudadano silencioso, enciende la tele y siente miedo porque desconoce la procedencia del próximo ataque y, mucho más, cuando cae en la cuenta de que quien le acosa es aquel mismo que debería protegerle.
Está el administrativo, y este es realmente grave y no suena. Cuando un político tiene un problema judicial enseguida se agarra al informe del técnico, ya lo he explicado otras veces, y éstos, entre recortes e imputaciones de compañeros, se han apuntado al uso del bolígrafo de tinta blanca. Que viene a ser como decirle al político que firme su señora madre, de estar ella dispuesta. Y todo parado, porque para que un expediente vea hoy la luz los procedimientos son tan largos, tanto, que no se mueve casi nada, con lo cual pasamos de la barra libre de antes, que no, al morirnos de sed de hoy, que tampoco. Así somos, o blanco o negro. ¿Y el gris? Y todo en un país silencioso, silenciado, acosado por la delincuencia sofisticada, por el desempleo que sigue donde estaba y por el bla, bla, bla de turno que aporta poco más que musicalidad al silencio y, en todo caso, placer orgásmico al parlante de escucharse a sí mismo. He tenido semanas mejores.
 
Susana.es. Lo previsto –y aquí, flores al aire, anticipado al detalle-. Susana Díaz ya es candidata y, pronto, ejercerá el liderazgo obtenido en el socialismo andaluz dentro del gobierno autonómico, donde irá creciendo desde ya en paralelo a la paulatina y prevista retirada de Griñán hasta que oficialmente éste le dé el paso para que ella, como presidenta, anticipe y busque fecha electoral. El recorrido está medido.
IU, en todo este proceso, no será obstáculo siempre que se respete su posición y programa y crezca, como hasta ahora pasa, pero no será quien fuerce la ruptura por mucho que se quiera vender esa idea.
Díaz procede de la cultura orgánica y es mujer, de 39 años, jamás me atrevería yo a insinuar que semejante mezcla en coctelera agitada y con el poder grande que asume pudiera derivar en una combinación distinta a la que ofrece en un cuerpo masculino. Jamás. En la piel que ella habita quisieran verse otros que ansiaron el trono, pero llega quien se lo trabaja y en eso le ganó a todos los demás. Pero su tarea a partir de ahora será compleja y para desarrollarla necesitará temple y fuerza ante un futuro que es, para todos, incierto.

¿Miguel.es? . Ya lo he dicho, Miguel Arias no quiere. Pero si se lo piden, y todo hace indicar que lo van a hacer, aceptará. En el PP han atravesado días muy malos por cuenta de los papeles de Bárcenas. Muy, muy malos, mirando al detalle la profundidad del pozo para dimensionar el abismo hasta concluir, según aseguran, en que judicialmente el recorrido es corto pero incuestionable es el coste político que todo esto acarrea por la mancha que queda y que no sale solo con agua y jabón. Me apunto a la idea de que después del verano y coincidiendo con el inicio del proceso electoral a las europeas se produzca crisis de gobierno en España, entre Arenas como Ministro y, al tiempo, salga Miguel Arias para ser nombrado candidato por el PP para la Junta, siempre y cuando lo de Bárcenas no crezca en una dirección hoy no prevista. Que todo pudiera ser. O que prospere la moción de Rubalcaba, que igual termina siendo el último favor de éste al PP. O cualquier otra cosa, que a saber y para ello a diario hay un informativo por llenar. Olvídense de los otros de las quinielas, o Arias o el anticipo electoral es tal que no puedan moverse y dejen a Zoido.

Alego. Hay varios temas que esta semana pasaré por alto y, en base a que me movía el silencio, no he querido practicarlo. Al menos no del todo. Como consecuencia, he presentado, como prometí, por registro oficial y con sello de admisión mis alegaciones a la Ley de Transparencia, documento que adjunto en la edición digital para quien guste su consumo y con el que pretendo, además de dar la lata, provocar una respuesta y, claro está, contarla aquí después. Mola. Son, en todo caso, alegaciones muy sensatas para las cuales uno se ha dotado de la oportuna, eficaz y correspondiente asesoría externa de uno de los cada día más, y agradecido por ello quedo, paseantes por mi jardín que a bien tiene asesorarme en el abono y el cultivo para que crezcan bonitas flores. Que a mí también me gustan, más esta semana en la que el calendario maldito me avisa que le daré otra vuelta sobre el día que nací (jo). Hay quien, por contra, me agasajó estos días con arañazo de pintada uña, pero como lo que no mata engorda y, aún viniéndome esto mal por la dimensión ya oronda de uno, crezco. Pero en espíritu, en ambición, en ganas.
En todo caso, alego y practico la revolución pacífica ciudadana que propone Muñoz Molina en su Todo lo que era sólido y que, merecidamente, le ha acompañado hasta el Príncipe de Asturias de las Letras de este año y que me lleva a concluir en que el único silencio que me seduce es el que acompaña a ese pensamiento que navega libre sobre los párrafos de un libro bien escrito abierto a la luz de una plácida tarde de verano.

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