Justo éste último sábado recibía cristiana sepultura el que fuera prior y reorganizador de la Orden Servitas en San Fernando. La misma tarde del sábado, falleció tristemente Malole Sánchez Zambrano. Una semana antes, se despedía Nene Carrillo Tinoco, estandarte de la carga. El pasado mes de mayo nos dejaba también José Rodríguez Cortejosa ‘Chiqui’, el mejor rufante que ha conocido La Isla y si a esto sumanos el fallecimiento hace un año de Ignacio Bustamante Morejón, en ese trágico accidente del tren Alvia en una festividad como Santa Cristina, nos viene a decir que una etapa dorada de la historia cofrade de San Fernando está tocando a su fin.
Y llega quizás el tiempo de recordar a Joaquín Rodríguez Royo, al frente del Consejo, o el trabajo y entrega de Leonardo López en la hermandad del Carmen, o José Ramírez de Casa Pepe, o el alma mater de Misericordia, Florencio Collantes Pérez.
Se van y nos van dejando un mundo cofrade transformado que poco o nada tiene que ver con lo que hoy podemos ver.
Eran tiempos de muchas horas en los almacenes, de ensayos, de reuniones, de hermandad y de trabajo. Trabajo para captar hermanos, para mejorar y conservar el patrimonio existente y para deparar lo que hoy tenemos ante nuestros ojos, en la calle, y también en los templos, pues son muchos los altares levantados al culminar los proyectos de pasos o a la par.
Una página de la historia cofrade de San Fernando está pasando y ya se encuentra muy avanzada.
Muchos de ellos sufrieron en sus carnes la envidia y las críticas que otros que se suman a las hermandades y no atienden a comprender, emplean simplemente para ser protagonista.
Y pese a todo, aquella etapa dorada cofrade era más activa y aunaba más ilusión que la actual, pues sólo a los hechos hay que remitirse.
Grandes cofrades e isleños que no sólo han formado parte del mundo cofrade, sino que han marcado el camino y han hecho posible que hoy en día, La Isla tenga lo que tiene.
Y tanto es así, que el propio Cristo de la Buena Muerte, fue realizado por Alfonso Berraquero, tomando como modelo a Rafael Miguel García Sánchez, siendo ahora su imagen la que recordará por siempre a este reconocido profesor y reorganizador de la orden. La historia está pasando página.